La ley contra el olvido aprobada recientemente en primera discusión en la Asamblea Nacional, marca un momento relevante, en derechos humanos como en reconocimiento histórico; al poner en el tapete uno de los más gloriosos momentos de la Revolución Venezolana, muchas veces soslayado ante la preeminencia de los acontecimientos del siglo XIX, la guerra de independencia.
El esfuerzo revolucionario del Partido Comunista y el MIR en los años 60 del siglo XX, por la conquista del socialismo a través de violencia revolucionaria, suele ser dejado en segundo plano en la historia formal.
La ley contra el olvido aprobada recientemente en primera discusión en la Asamblea Nacional, marca un momento relevante, en derechos humanos como en reconocimiento histórico; al poner en el tapete uno de los más gloriosos momentos de la Revolución Venezolana, muchas veces soslayado ante la preeminencia de los acontecimientos del siglo XIX, la guerra de independencia.
El esfuerzo revolucionario del Partido Comunista y el MIR en los años 60 del siglo XX, por la conquista del socialismo a través de violencia revolucionaria, suele ser dejado en segundo plano en la historia formal.
La lucha insurreccional de los años 60 es un glorioso episodio de la historia de los comunistas venezolanos, que se plantearon la guerra revolucionaria , y como tal la desarrollaron, la derrota de este esfuerzo en nada desmerita el accionar de hombres y mujeres, jóvenes y veteranos que desafiando peligros, combates y represiones, optando por la clandestinidad, abandonando familias y amigos, pese a la delación de algunos traidores, frente al fusilamiento y la tortura, ante la DIGEPOL y el SIFA, la Cobra Negra o la Sotopol, preferían morir cantando la Oh Bella Ciao o desafiando a sus ejecutores, tal como hizo Donato Carmona negándose a cavar su propia tumba y expresando ante el fusil asesino “yo solo le trabajo al Partido Comunista”.
De la lucha armada los comunistas venezolanos tenemos muy poco de que avergonzarnos y demasiado por lo que sentirnos orgullosos.
Un 4 de mayo de 1962, en el liceo José Miguel Sanz de Maturín, en una acción estudiantil de solidaridad con la sublevación militar de Carúpano son asesinados vilmente los camaradas José Rafael Guerra (19 años) y Cesar Alberto Millán (18 años) , por las bandas de AD, quienes armados con cabillas y bolas metálicas de grilletes sofocaron la protesta estudiantil.
El 26 de mayo de 1962 luego de brutales torturas, cometidas delante de su esposa, es asesinado José Gregorio Rodríguez, miembro del comité regional del PCV en caracas, para simular un suicidio, sus ejecutores, lanzan su cadáver del 4to piso de la Digepol en el edificio los Chaguaramos.
El 2 de junio de 1962 en una protesta estudiantil en solidaridad con el Porteñazo, frente al Liceo Pedro Gual de Valencia, es asesinado por la policía Valentín Sevilla.
El 21 de junio de 1966, en los calabozos del SIFA, ubicados frente a Miraflores es asesinado Fabricio Ojeda sus asesinos inventan las excusa cobarde del suicidio.
Un 31 de julio de 1965 es asesinado en Humocaro Bajo Carmelo Mendoza, destacado combatiente guerrillero, abnegado militante de la JC y luego del Partido Comunista, Carmelo Mendoza ostentaba el rango de capitán de las FALN, experto explosivista, había dirigido exitosas emboscadas contra las unidades antiguerrilleras del ejercito pitiyanqui, en la planificación de unas de estas acciones será capturado y asesinado por el oficiales del ejército.
Entre los más abominables crímenes cometidos por el gobierno de Ancha Base del asesino con cara de bonachón Raúl Leoni, destaca el cometido contra Luis Emiro Arrieta, Titán de la clase obrera venezolana, comunista forjado en las luchas petroleras, héroe de las resistencia frente a Pérez Jiménez, luego del congreso de unificación del PCV de 1946 fue miembro del secretariado nacional junto a Juan Bautista Fuenmayor y Gustavo Machado. Detenido y secuestrado en la cárcel Modelo, a pesar de estar gravemente enfermo, “la democracia adeca” le niega cualquier tipo de auxilio médico, el 27 de julio de 1965 en los calabozos de la cárcel Modelo dejara de latir el corazón de Luis Emiro Arrieta, entre los brazos y la compañía de sus camaradas prisiones, los enemigos de la clase obrera no solo le basto matarlo en su funeral los esbirros de SIFA y la Digepol, secuestrarían su cadáver durante su velorio en la funeraria “la Voluntad de Dios” en la avenida Andrés Bello de Caracas.
Hoy los asesinos están en la vergüenza o en el olvido, pero hombres como Luis Emiro, Carmelo y José Gregorio vivirán eternamente en la memoria de sus camaradas y en el corazón de los trabajadores como ejemplo de lucha y sacrificio por la forja de una sociedad sin explotación y en donde el esfuerzo del trabajo de todos sea la satisfacción de las necesidades de todos.
Profesor Wladimir abreu
vladimirabreu@hotmail.com
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