lunes, 14 de julio de 2008

La Revolución Bolivariana y la Ofensiva del Imperialismo




Luis R Delgado J

Una serie de acontecimientos sucedidos en las últimas semanas, llaman la atención acerca de la orientación estratégica de los procesos históricos que se están construyendo en el continente. Los reiterativos golpes propiciados a las FARC-EP, el despliegue de la IV Flota, la ofensiva separatista en Bolivia, la situación interna ecuatoriana (renuncia del presidente de la Asamblea Constituyente, etc.), la ofensiva de los grandes capitales agro-exportadores argentinos contra el gobierno, la conflictividad del gobierno colombiano con los países vecinos (Venezuela, Nicaragua y Ecuador) o desborde del Plan Colombia, el caso Antonini Wilson (el maletín billetuo), las reiterativas acusaciones del gobierno de EEUU a Venezuela por supuesto apoyo tácito al Narcotráfico, el impulso de la Nueva Política Económica (NEP) en Venezuela, son algunas de las situaciones que saltan a la vista en la más agresiva ofensiva del imperialismo en el continente en los últimos años.

Sin embargo, al mismo tiempo los máximos representantes de la derecha continental han sufrido diversos golpes importantes. El gobierno mexicano está cada vez más desacreditado por su política de desnacionalización de la industria petrolera, por el atropello a los derechos humanos, por su política servil a los EEUU, la cual tiene como última expresión el sospechoso Plan Mérida, eso sin contar que la victoria de Calderón fue producto de un fraude conocido por todos. En Colombia el gobierno por más acciones exitosas contra las FARC-EP no ha logrado tapar la realidad de la narco-parapolítica que salta por todos lados y afecta a las más cercanas esferas gubernamentales, la violación sistemática de los derechos humanos ha sido tan obvia que echó por tierra las aspiraciones de la firma del TLC con los norteamericanos, y la oposición democrática interna día a día crece y se fortalece. En Perú el gobierno de Alan García cuenta con una popularidad muy baja lo que le resta legitimidad sin lugar a dudas, hoy enfrenta una huelga general, y las manifestaciones contra sus nefastas políticas se incrementan diariamente. En Chile la Bachelet ha tenido que enfrentar duramente estudiantes, trabajadores y mujeres organizadas víctimas en diversas áreas por las políticas neoliberales que impulsa la Concertación. En Ecuador el Estado acaba de incautar más de 190 empresas incluyendo algunos medios de comunicación al grupo corporativo criminal ISAIAS. Y finalmente el pasado mes de abril el campo popular paraguayo triunfó con la candidatura presidencial de Fernando Lugo.

Vemos entonces que se han suscitado una serie de eventos importantes donde el imperialismo y la derecha continental por un lado, y los gobiernos progresistas y las fuerzas del campo popular por el otro, se han enfrentado enconadamente. Esto ha reflejado la magnitud de la lucha continental que hoy se está viviendo en América Latina y el Caribe, Lucha de Clases internacionalizada en el marco del nuevo contexto imperial Post-Guerra Fría, una confrontación que afecta las realidades nacionales de cada uno de los países que integran el conjunto, es decir, que tiene repercusiones importantes en las correlaciones de fuerza interna de cada uno de los procesos históricos en desarrollo.

Tanto el Imperialismo como las Fuerzas Progresistas y Democráticas han tenido sendas victorias y derrotas en la batalla desatada durante estos últimos meses, lo cual ha creado a mi entender un equilibrio crítico de fuerzas desplegadas en el continente que se expresa en una serie de acuerdos y aparentes virajes discursivos que pueden traer confusión sino se tiene en cuenta el contexto y las correlaciones de fuerzas internacionales descritas someramente.

No es que se haya suspendido la Lucha de Clases, o que el Imperialismo haya renunciado a sus pretensiones, o que las oligarquías se solidaricen con los pueblos o viceversa, se trata de un contexto donde estamos en presencia de un repliegue de las fuerzas contendientes, para la preparación de luchas futuras a nivel internacional, seguramente más decisivas. Todo parece indicar que cada gobierno de derecha o progresista se concentrará más en resolver sus conflictos internos, lo cual incluso se explica por la coyuntura electoral que experimentará los EEUU en los próximos meses.

Desde Venezuela estos acontecimientos se presentan de esta manera, hace unas semanas el Comandante Chávez dio la opinión que las FARC-EP debían renunciar a la lucha armada e incorporarse a la lucha política legal, a los días hizo el anuncio en un acto con la presencia del Gran Capital de las políticas de Reimpulso Económico, en estos días tendrá una reunión con el presidente colombiano Álvaro Uribe, incluso planteó la posibilidad de reiniciar la colaboración con los EEUU en el combate al narcotráfico.

Tal vez esto pudiese interpretarse como un viraje hacia la derecha, o como el desgaste de un Proceso Histórico (en todo caso la historia futura nos dirá que sucedió) tal como expreso Dieterich hace unas semanas, sin embargo creo que ninguna de estas observaciones recoge la complejidad de la situación, me inclino más a pensar en un repliegue táctico producto de la delicada situación internacional presente, y producto de los retos internos que se avizoran como son las próximas elecciones regionales y locales del 23 de noviembre del presenta año.

En este sentido, con respecto a la NEP criolla se han hecho críticas desde posturas revolucionarias y comprometidas que teóricamente son correctas si las estudiamos desde una perspectiva crítica que tenga como horizonte una economía socialista, empero me parece que estas críticas llegan hasta el campo económico y no trascienden a la realidad política concreta, al escenario actual de la Lucha de Clases no solo en nuestro país sino a nivel continental.

Esto implica entender que todo lo que se haga en política debe ir precedido por un análisis de las correlaciones de fuerza, por una caracterización de la coyuntura, del momento actual, sin perder de vista el objetivo estratégico, y sin olvidar tampoco que una táctica errada nos lleva de forma ineluctable a una derrota estratégica sino rectificamos a tiempo.

Ya explicábamos sintéticamente algunos rasgos de la coyuntura internacional, ambos contendientes (el imperialismo y las fuerzas progresistas) se encuentran heridos y cansados, lo cual crea un tiempo donde las luchas bajan de intensidad, sin detenerse y sin perder los objetivos, lo cual debe quedar claro para no confundirnos.

Para concluir, en el caso venezolano (lo cual también vale en el resto de los procesos de avance del continente) no bastara con que aparezca un escenario internacional más prometedor para que avance la revolución hacia el socialismo autentico (una sociedad postcapitalista), hay un fenómeno estructural que es determinante para este desarrollo, las correlaciones de fuerza al interior del campo popular bolivariano, si las fuerzas revolucionarias no hegemonizan la Alianza Bolivariana, no avanzaremos al Socialismo; si las fuerzas bolivarianas siguen siendo dirigidas por el reformismo (no me refiero a Chávez, sino a la Vanguardia orgánica) el proceso venezolano si dará un viraje a la derecha en los próximos años; si la clase trabajadora no se organiza y dirige la revolución, no podemos ni debemos pedirle a la pequeña burguesía y la burguesía que rompa el espinazo del capitalismo en nuestro país.