miércoles, 30 de diciembre de 2009

Un viaje sin retorno, la historia de un comunista judío egipcio

La editorial L’Harmattan acaba de publicar los recuerdos de Víctor Segré, Un aller sans retour L'histoire d'un Communiste Juif Egyptien (Un viaje sin retorno, la historia de un comunista judío egipcio). Este libro da testimonio de la historia olvidada, a veces oculta, de una comunidad que desempeñó un papel importante en Egipto y que fue, como se dice trivialmente, arrastrada por la historia.

Soy el autor del prólogo que publico más abajo.

Durante la presentación de esta obra en el Centro Cultural Egipcio, descubrí que Víctor Segré era tío de Iván Segré, un israelí religioso que acaba de publicar en la editorial Lignes dos obras de filosofía magistrales: Qu’appelle-t-on penser Auschwitz? (Prólogo de Alain Badiou), y La réaction philosémite. La trahison des clercs, una divertida deconstrucción del discurso «filosemita» de ciertos intelectuales franceses, de Alain Finkielkraut a Daniel Sibony, y sus intentos de restablecer el judaísmo en Occidente. Una lectura imprescindible, sobre todo porque la conspiración de silencio en torno a este trabajo es poderosa.

*** Traducido para Rebelión por Caty R.


La editorial L’Harmattan acaba de publicar los recuerdos de Víctor Segré, Un aller sans retour L'histoire d'un Communiste Juif Egyptien (Un viaje sin retorno, la historia de un comunista judío egipcio). Este libro da testimonio de la historia olvidada, a veces oculta, de una comunidad que desempeñó un papel importante en Egipto y que fue, como se dice trivialmente, arrastrada por la historia.

Soy el autor del prólogo que publico más abajo.

Durante la presentación de esta obra en el Centro Cultural Egipcio, descubrí que Víctor Segré era tío de Iván Segré, un israelí religioso que acaba de publicar en la editorial Lignes dos obras de filosofía magistrales: Qu’appelle-t-on penser Auschwitz? (Prólogo de Alain Badiou), y La réaction philosémite. La trahison des clercs, una divertida deconstrucción del discurso «filosemita» de ciertos intelectuales franceses, de Alain Finkielkraut a Daniel Sibony, y sus intentos de restablecer el judaísmo en Occidente. Una lectura imprescindible, sobre todo porque la conspiración de silencio en torno a este trabajo es poderosa.

***

«Nacidos en Egipto, ¿somos egipcios, árabes, palestinos, franceses o rusos? Esta cuestión, a veces me obsesiona». Como un hilo conductor, lo que se llama actualmente el problema de la identidad, atraviesa este libro de la memoria de Víctor Segré. Una cuestión que adquiere todavía más importancia para el autor que, nacido judío, desde muy joven se comprometió en el movimiento comunista y se convirtió en un ardiente defensor de la aspiración nacional egipcia despreciando el movimiento sionista. Pero, ¿cómo escapar de las turbulencias de la historia y, además, de sus injusticias?

Víctor nació en El Cairo en noviembre de 1926. Creció en un barrio pobre en el que convivían, codo con codo y en buena armonía, judíos, musulmanes y cristianos. Los niños jugaban juntos en las callejuelas llenas de basura y sus gritos alegraban los días. La abuela materna de Víctor había nacido en Kichinev y allí conoció a su marido, un soldado polaco. Huyendo de los pogromos –les salvó un Pope-, el abuelo y la abuela se refugiaron en Atenas antes de embarcar hacia Egipto, que se suponía floreciente. El padre de Víctor nació francés en Palestina antes de instalarse, él también, en El Cairo, donde conoció a su mujer. «Las dos familias abarcaban varias nacionalidades, francesa, rusa, besarabe, británica, italiana y finalmente nosotros, la segunda generación nacida en Egipto». ¿Y Victor? ¿Era egipcio? Ésa es la elección que marcaría la primera parte de su vida.

La despreocupación es propia de los niños, incluso si se enfrenta a la miseria, una miseria que nadie, en Egipto, podía ignorar. Y esa miseria se multiplicaba con una forma de racismo contra la cual Víctor se rebeló espontáneamente. «Recuerdo un incidente que me hizo sentir una profunda rebeldía», dice. En aquella época había dos clases en el autobús. Un día, su tío Jimmy estalló furioso: «Qué escándalo, yo viajo en primera para no estar con esos “wogs” y resulta que uno de ellos viene a sentarse a mi lado. Qué osadía, qué impertinencia». En aquella época «wog» designaba a los indígenas, es decir, a los árabes egipcios –en principio, Egipto era un país independiente desde 1922, pero en realidad Londres ejercía una férrea tutela y los «árabes» estaban considerados con desprecio por muchos extranjeros-. «”Wog”, un término no sólo peyorativo, sino también degradante. No sé qué se apoderó de mí ese día. Reaccioné instintivamente. “Después de todo, ellos están en su casa, en su país. Esos autobuses son suyos, no lo olvide”. Se armó un escándalo». El tío reaccionó con violencia, pero Víctor había elegido su campo, el de los oprimidos, el de los egipcios.

En ese contexto de opresión, Víctor, a pesar de su juventud, entendía perfectamente la reacción de numerosos egipcios que veían avanzar a los ejércitos del Eje en Libia y esperaban que éstos «liberasen» a Egipto del «enemigo principal», el Reino Unido.

Obviamente, los judíos tenían otra opinión, aterrorizados por el antisemitismo de Hitler. Pero el vecino de la familia, Ibrahim Effendi, les prometió esconderlos en su granja si llegaban los alemanes.

A pesar del peligro, a Víctor ni siquiera se le ocurrió la idea de ir a Palestina, y cuando se encontró con un soldado de la Brigada Judía, integrada en el ejército británico, que le explicó «Tu país es Palestina», se revolvió: «Yo nací en este país, Egipto. Egipto es mi país, ¿sabes?», le trataron como a un traidor. Y además, ¿cómo entender que alguien pretenda que «Palestina es nuestra tierra? ¿Los árabes deben irse y nosotros quedarnos en ‘nuestra tierra’, ‘nuestro país’?» Después, Víctor explicaría a uno de sus amigos de extrema izquierda: «Es la tarea y el deber de los judíos integrarse en esta lucha, la lucha contra el imperialismo, por la soberanía del país. Si no actúan así, darán la impresión de dar su apoyo a los imperialistas británicos, entonces no te extrañe si los egipcios se vuelven contra los judíos al verlos como colaboracionistas».

La guerra llegaba al clímax, los soviéticos resistían y aplastaron a los alemanes en Stalingrado, el prestigio de la URSS estaba en pleno apogeo. No es de extrañar, por lo tanto, que numerosos jóvenes se volvieran hacia el comunismo. Víctor empezó a frecuentar a los soldados británicos y comunistas. Se inició en el marxismo leyendo textos de Marx, Engels y Lenin que adquiría en la pequeña librería francesa de la plaza Soliman Pacha, propiedad de un hombre «muy amable», Henri Curiel, el hombre que dirigía el Movimiento Democrático de Liberación Nacional (MEDLN), la principal organización comunista. El movimiento comunista egipcio, que fue destruido por la represión en los años 20, se reconstruyó, pero quedó marcado por las divisiones, la fragmentación. Víctor pasó de una organización a otra, pero sus conocimientos seguían siendo muy teóricos. Sólo cuando se comprometió en una fábrica para controlar el rendimiento de la producción fue cuando recibió su primera lección práctica de «lucha de clases» de un capataz: racionalizar la producción significa más desempleo… Más tarde volvió a encontrar a ese capataz en los campos de internamiento del rey.

Los años de la posguerra estuvieron marcados por el desarrollo de un poderoso movimiento nacional contra la tutela británica, movimiento en el que se integraron los comunistas. Pero también apareció entonces la exacerbación del conflicto en Palestina, el cual permitió al rey y a los británicos «desviar» la atención de la opinión pública. La noticia de la masacre de Deir Yassin el 9 de abril de 1948 provocó violentas manifestaciones en Egipto y actos antisemitas: incendiaron la sinagoga de Darb El Barabra. Pero, globalmente, a pesar de los intentos de los Hermanos Musulmanes de volver a la población contra los judíos, esas maniobras fracasaron. Y Víctor cuenta su experiencia personal cuando, rodeado por una decena de jóvenes Hermanos, fue defendido por sus amigos del barrio a pesar de que éstos eran simpatizantes de la organización islamista.

Sin embargo, Víctor estaba preso en una espiral incontrolable: «Los árabes no sólo no tenían ningún odio, sino que tampoco manifestaban ninguna forma de discriminación racista hacia los judíos de Egipto. Pero a causa de los sucesos que se desarrollaban en Palestina, los ataques a los pueblos árabes, la adquisición de tierras palestinas por las organizaciones internacionales judías, todos estos factores no hacían más que atizar el fuego en los países árabes. Tenían lugar manifestaciones masivas contra los sionistas que conllevaban una gran oleada de antisemitismo». La creación por parte de los comunistas de una Liga judía contra el sionismo no consiguió revertir la tendencia.

El 15 de mayo de 1948, tras la proclamación del Estado de Israel, Egipto, junto con otros países árabes, entró en guerra. En ese momento una ola de detenciones golpeó a los comunistas (y también a los sionistas) culpables de oponerse a la guerra y, siguiendo a la Unión soviética, de haber aceptado el plan de partición de Palestina.

Entonces comenzaron las largas estancias en las cárceles y después en el campo de Huckstep, en el desierto. Para Víctor, la prisión duraría más de un año, pero lo que aprendió, sobre todo, fue la organización, la amistad, la solidaridad que soldaba una comunidad. Las huelgas de hambre permitieron mejorar la suerte cotidiana. Y se cruzó con personajes improbables, salteadores de caminos, auténticos provocadores o falsos espías.

Para Víctor fue también el regreso de la pregunta punzante, la de la identidad, la de las posibilidades de los «extranjeros» (judíos o no) de integrarse en la sociedad egipcia. «¿Huir en vez de integrarnos en la sociedad egipcia? ¿Integrarnos o asimilarnos? Las cuestiones de principio sobre las que no llegamos a ponernos de acuerdo y ver con claridad. ¿Seremos siempre extranjeros en ese país donde nacimos? ¿En el que hemos heredado los hábitos y la cultura, una forma de vivir? ¿Podremos hacernos a la idea de que en realidad somos extranjeros en nuestro propio país, en nuestra tierra natal?»

En 1949, cuando Víctor supo que le iban a expulsar, inició una huelga de hambre. En una carta proclamó su compromiso con el comunismo, «Que lo único que he hecho ha sido ayudar a las fuerzas democráticas del país a luchar contra la vergonzosa explotación del pueblo egipcio. Que esa ayuda, aunque modesta, era mi contribución personal a esa lucha, a la lucha del pueblo con el que crecí, compartí el pan y el agua del Nilo». Le llevaron a Alejandría y allí le embarcaron, en un barco en ruta hacia Italia, con otros judíos de los cuales algunos fueron a Israel, ya que no tenían otro paradero. Víctor, fiel a sus convicciones, rechazó la elección sionista y se instaló en Francia, la segunda patria de muchos de esos extranjeros nacidos en Egipto que habían crecido rodeados de cultura francesa, a la sombra de la Revolución Francesa, de Víctor Hugo y de la Comuna de París…

Al cerrar el libro es imposible no sentirse impregnado de tristeza y nostalgia. Esencialmente, las comunidades judías «extranjeras» han desaparecido de Egipto y los países árabes. La historia los llevó, a menudo contra su voluntad. Sin embargo, esa partida ha supuesto una terrible pérdida para Oriente Próximo, para su desarrollo y su cultura. Y se puede soñar, pensando en Sudáfrica y la lucha del Congreso Nacional Africano (CNA) y de los comunistas sudafricanos por una Sudáfrica «Arco Iris» donde coexisten blancos y negros, en qué se habría convertido el mundo árabe si todos esos «minoritarios» que se identificaban con esos pueblos, con sus culturas y con sus luchas, hubieran tenido la oportunidad de quedarse…

Fuente: http://blog.mondediplo.net/2009-12-11-Un-aller-sans-retour-l-histoire-d-un-communiste

tomado de rebelion
Alain Gresh
Le Monde diplomatique

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Mentiras sobre Stalin ¿Quien fue el autor de la masacre de Katyn?


Con este escrito se pretende desmentir la propaganda burguesa plasmada en la pelicula "Katyn" que trata sobre la masacre supuestamente llevada a cabo por Stalin en Polonia.


Al terminar la Primera Guerra Mundial, la frontera entre Rusia y Polonia se estableció a lo largo de una línea que se conoció como la línea Curzon. Se llamó así en honor a Lord Curzon, estadista británico, que fue quien había propuesto esta frontera.
Esta línea de demarcación no era del agrado de los polacos, que pronto declararon la guerra contra la Unión Soviética, con el fin de impulsar aún más sus fronteras hacia el este de la línea. El bloque de la Unión Soviética contraatacó no sólo para defenderse, sino que pretendían liberar a la totalidad de Polonia, esto lo hicieron en contra del consejo de Stalin. Con este escrito se pretende desmentir la propaganda burguesa plasmada en la pelicula "Katyn" que trata sobre la masacre supuestamente llevada a cabo por Stalin en Polonia.


Al terminar la Primera Guerra Mundial, la frontera entre Rusia y Polonia se estableció a lo largo de una línea que se conoció como la línea Curzon. Se llamó así en honor a Lord Curzon, estadista británico, que fue quien había propuesto esta frontera.
Esta línea de demarcación no era del agrado de los polacos, que pronto declararon la guerra contra la Unión Soviética, con el fin de impulsar aún más sus fronteras hacia el este de la línea. El bloque de la Unión Soviética contraatacó no sólo para defenderse, sino que pretendían liberar a la totalidad de Polonia, esto lo hicieron en contra del consejo de Stalin.
Stalin consideraba este intento de liberar Polonia, como un objetivo condenado al fracaso porque, según dijo, “El nacionalismo polaco todavía no había seguido su curso”. Los polacos estaban decididos a no ser liberados de modo que no tenía sentido el intentarlo. Por lo tanto, los polacos opusieron una feroz resistencia a los avances soviéticos. En definitiva, la Unión Soviética se vio obligada a retirarse e incluso ceder a Polonia parte de su territorio al este de la línea Curzon. Las áreas en cuestión eran Bielorrusia occidental y Ucrania occidental, zonas pobladas mayoritariamente por bielorrusos y ucranianos, respectivamente, en lugar de por polacos. El incidente no podía sino exacerbar la antipatía mutua entre polacos y rusos.

El 1 de septiembre de 1939, los nazis alemanes invadieron Polonia, y el 17 de septiembre, la Unión Soviética se trasladó al este de la línea Curzon, para volver a ocupar las partes que al terminar la guerra le había arrebatado Polonia. Una vez tomadas esas zonas, la Unión Soviética se dedicó a distribuir tierras a los campesinos y establecer el tipo de reformas democráticas, tan populares entre la gente y tan impopulares entre los explotadores. Durante la batalla para recuperar las zonas al este de la línea Curzon, la Unión Soviética capturó a unos 10.000 oficiales polacos, que se convirtieron en prisioneros de guerra. Estos prisioneros fueron detenidos en campamentos en la zona en disputa y puestos a trabajar en la construcción de carreteras, etc.

Dos años más tarde, el 22 de junio de 1941, la Alemania nazi atacó a la Unión Soviética por sorpresa. El Ejército Rojo se vio obligado a retirarse a toda prisa y Ucrania fue tomada por los alemanes. Durante este retiro apresurado, no era posible evacuar a los prisioneros de guerra polacos hacia el interior de Rusia. El jefe del campamento no. 1, el mayor Vetoshnikov, dio pruebas de que había solicitado al jefe del tráfico de la sección de Smolensk del Ferrocarril Oeste, el poder contar con coches de ferrocarril para la evacuación de estos prisioneros polacos. Pero era poco probable que fuese posible. El ingeniero Ivanov, que había sido el Jefe de Tráfico de la región en ese momento, dijo que por supuesto podría haber habido vagones de ferrocarril de sobra para trasladar a los prisioneros, pero no pudo ser así. Además, confirmó el motivo: "No hemos podido enviar coches a la línea de Gussino, donde se encontraban la mayoría de los prisioneros polacos, por que la zona ya estaba en plena línea de fuego". El resultado fue que, tras la retirada soviética de esta área, los prisioneros polacos se convirtieron en prisioneros de los nazis alemanes.

En abril de 1943, los hitlerianos anunciaron que los alemanes habían encontrado varias fosas comunes en el bosque de Katyn, cerca de Smolensk, que contenían los cuerpos de miles de oficiales polacos, supuestamente asesinados por los rusos.

Este anuncio fue diseñado por los nazis con el fin deteriorar aún más si cabe, los esfuerzos de cooperación entre polacos y soviéticos para conseguir derrotar a los alemanes. La alianza ruso-polaca fue siempre difícil, una de las causas era que el gobierno polaco se encontraba en el exilio, y su sede en Londres, obviamente era un gobierno de clases explotadoras.
Había que oponerse de pleno a los alemanes, sobre todo a raíz de la última adquisición de este espacio vital de su país. La posición que adoptó la Unión Soviética fue que, mientras se les permitiese retener la tierra al este de la línea Curzon, no pondrían ningún problema al restablecimiento de un gobierno burgués en Polonia. Pero la alianza ya estaba en dificultades debido a que el gobierno polaco exiliado en Londres y encabezado por el General Sikorski, no estaba de acuerdo con la cesión de esa tierra.
Y todo esto, a pesar de que en 1941, después de que Hitler invadiera Polonia, la Unión Soviética y el gobierno polaco en el exilio no solo habían establecido relaciones diplomáticas, sino que también acordaron que la Unión Sovietica financiaría la formación de un ejército polaco. Según lo dispuesto, este ejercito se formaría "A las órdenes de un jefe nombrado por el Gobierno polaco en el exilio, pero que debía ser aprobado por el gobierno soviético". En este caso, el jefe designado fue el profundamente anti-soviético, General Anders (que había sido prisionero de los Rusos desde 1939).
Para el 25 de octubre 1941 este Ejército contaba con 41.000 hombres, entre ellos 2.630 oficiales. Sin embargo, el General Anders finalmente se negó a combatir en el frente soviético-alemán debido a la disputa fronteriza entre la Unión Soviética y Polonia, y el ejército polaco tuvo que ser enviado a otra parte para la lucha, ese lugar fue Irán.

Aun así, a pesar de la hostilidad del gobierno polaco en el exilio, había una parte importante de los polacos residentes en la Unión Soviética que no era anti-soviética y apoyaban la demanda soviética de los territorios al este de la línea Curzon. Muchos de ellos eran judíos. Estas personas formaron la Unión de Patriotas de Polonia, que formarían la columna vertebral de una alternativa al gobierno polaco en el exilio.

La propaganda nazi en relación con las matanzas de Katyn fue diseñada para hacer imposibles las relaciones entre soviéticos y polacos, con el fin de que no volviesen a tener tratos en absoluto. General Polaco Sikorski, tomó la propaganda nazi con ánimo de venganza, haciendo saber a Churchill, que tenía una "gran cantidad de pruebas". No está claro el cómo había obtenido estas "pruebas", simultáneamente con el anuncio Alemán de esta supuesta atrocidad Soviética, pero deja evidente la colaboración secreta entre Sikorski y los nazis. Los alemanes habían hecho públicas sus alegaciones contra los rusos el 13 de abril. El 16 de abril, el gobierno soviético emitió un comunicado oficial negando "las mentiras calumniosas sobre los alegados fusilamientos masivos realizados por los órganos soviéticos en la zona de Smolensk, en la primavera de 1940".
Añadió:

"El comunicado alemán no deja dudas sobre la trágica suerte de los ex prisioneros de guerra polacos, que en 1941 se dedicaban a sus puestos de trabajo en áreas al oeste de Smolensk y que, junto con muchos soviéticos, cayeron en manos de los verdugos alemanes después de la retirada de las tropas soviéticas".

Los alemanes, habían decidido embellecer su historia inventando un giro anti-semita, incluso afirmando ser capaces de nombrar a los funcionarios soviéticos responsables de la masacre, todos ellos con nombres judíos. El 19 de abril Pravda respondió:

"Sintiendo la indignación de toda la humanidad progresista sobre la masacre de ciudadanos pacíficos y en particular de los Judíos, los alemanes están ahora tratando de despertar la ira de la gente inocente contra los Judíos. Por esta razón se han inventado toda una colección de “comisarios judíos”, que según dicen, tomaron parte en el asesinato de 10.000 oficiales polacos. Para estos experimentados farsantes no ha sido difícil inventar algunos nombres de personas que jamás han existido - Lev Rybak, Avraam Brodninsky, Jaim Fineberg. Tales personas no han existido nunca, ni en la sección de Smolensk de la OGPU ni en cualquier otro departamento de la NLVD..."

La insistencia de Sikorski en difundir la propaganda alemana, llevó a la ruptura total de las relaciones entre el gobierno polaco en el exilio en Londres y el gobierno soviético, sobre lo que Goebbels escribió en su diario:

"Esta ruptura representa un cien por ciento la victoria para la propaganda alemana y en especial para mí personalmente... hemos sido capaces de convertir el incidente de Katyn en una cuestión altamente política”.

En ese mismo momento la prensa británica estaba condenando a Sikorski por su intransigencia:
The Times escribió el 28 de abril 1943: "Sorpresa igual que arrepentimiento sentirán aquellos que han encontrado motivos para comprender la perfidia y el ingenio de la maquinada propaganda de Goebbels, ellos mismos deben de haber caído en la trampa tendida por la misma. Los Polacos hubieran difícilmente olvidado un episodio ampliamente difundido en el primer invierno de la guerra, que describía con todo detalle y pruebas, incluidas las fotografías, de las supuestas atrocidades polacas contra los pacíficos alemanes habitantes en Polonia. "

Lo que está en la base de la insistencia de Sikorski de que la matanza había sido llevada a cabo por los soviéticos en vez de por los alemanes, era la disputa por el territorio al este de la línea Curzon. Sikorski estaba tratando de utilizar la propaganda alemana para movilizar el imperialismo occidental, por detrás de la reclamación de Polonia sobre ese territorio, para tratar de forzarlos a salir de la posición, como él pensó, tomando parte del lado de la Unión Soviética en esta cuestión de controversia fronteriza.

Si uno lee hoy fuentes burguesas, todas afirman que la Unión Soviética fue responsable de la matanza de Katyn, y lo hacen con tanta seguridad y coherencia que al tratar de argumentarlo, el contrario se siente como un revisionista nazi, tratando de negar la masacre de Judios que hizo Hitler.
Después del colapso de la Unión Soviética, incluso Gorbachov estaba enrolado en esta campaña de desinformación y facilitó material, supuestamente procedente de los archivos soviéticos que "probaba" que los soviéticos fueron quienes habían cometido esa atrocidad y, por supuesto, que lo hicieron por orden de Stalin.
Bueno, de sobra conocemos el interés que tienen los “Gorbachovs” de este mundo en la demonización de Stalin. Su objetivo no es tanto Stalin como el socialismo. Su propósito denigrando el socialismo es restaurar el capitalismo y llevar sus vidas y las de los suyos a un parasitismo de lujo y a costa del sufrimiento de masas en los pueblos soviéticos. Su cinismo coincide con el de los nazis alemanes y no resulta sorprendente encontrarles cantando juntos un mismo himno.

Fuentes burguesas alegremente afirman que las pruebas Soviéticas que culpan a los alemanes de la atrocidad, o bien no existieron en absoluto, o bien estaban basadas exclusivamente en testimonios de oídas de los habitantes aterrorizados de la región. Ellos no mencionan una sola prueba evidente, incluso Goebbels tuvo que admitir que, desde su punto de vista era un engorro. Él escribió en su diario el 8 de mayo de 1943, "Por desgracia, municiones alemánas han sido halladas en las fosas de Katyn... Es fundamental que este incidente se mantenga en total secreto. Si tuviera que llegar al conocimiento del enemigo, todo el asunto de Katyn caería. "

En 1971 fue enviada a The Times una carta que sugería que la masacre de Katyn no se podría haber hecho por los alemanes, ya que los alemanes utilizaban métodos de asesinato, como las cámaras de gas, que eran muy diferentes a la forma en que las víctimas de Katyn fueron asesinadas, es decir, por un disparo en la parte posterior de la cabeza. Un ex soldado alemán que vivía entonces en Godalming, Surrey, contestó a esta carta:

"Como soldado alemán, en ese momento convencido de la justicia de nuestra causa, he participado en muchas batallas y acciones durante la campaña de Rusia. Yo no he estado en Katyn, ni en ningún bosque cercano. Pero recuerdo muy bien el escándalo, cuando salió a la luz en 1943, la noticia sobre el descubrimiento de la horrible fosa cerca de Katyn, esa área estaba manejada entonces por el Ejército Rojo. "
Josef Goebbels, como los registros históricos demuestran, ha engañado a mucha gente. Después de todo, ése era su trabajo y pocos ponían en duda su absoluto dominio en ese campo. Lo que es realmente sorprendente y extraño, sin embargo, es que ya en las páginas de Los años treinta hay pruebas de ello. Escribiendo desde mi experiencia, no creo que en ese momento a finales de la guerra, Goebbels lograra engañar a muchos soldados alemanes en Rusia sobre la cuestión de Katyn ... los soldados alemanes sabían bien de los disparos en la parte posterior de la cabeza ... los soldados alemanes sabían que los oficiales polacos fueron asesinados por nada menos que por su causa".

Por otra parte, muy numerosos testigos se presentaron para dar fe de la presencia de prisioneros polacos en la región después de que los alemanes se hubieron marchado.

María Alexandrovna Sashneva, una maestra de escuela primaria, dio pruebas de una comisión especial establecida por la Unión Soviética en septiembre de 1943, inmediatamente después de que la zona fuera liberada de los alemanes. En agosto de 1941, dos meses después de la retirada soviética, ella había escondido un prisionero de guerra polaco en su casa. Su nombre era Juzeph Lock, y él le había hablado de los malos tratos sufridos por los prisioneros polacos, recibidos por parte los alemanes:
"Cuando llegaron los alemanes tomaron el campo de Polonia y establecieron un régimen estricto en el mismo. Los alemanes no consideraban a los polacos como seres humanos. Oprimieron y ultrajaron a los polacos por todos los medios. En algunas ocasiones, los polacos fueron asesinados sin ninguna razón en absoluto. Él decidió escapar... "
Numerosos testigos dieron pruebas de que habían visto a los polacos trabajando en las carreteras durante agosto y septiembre 1941. Por otra parte, muchos otros testigos, respondieron a las redadas de los alemanes y declararon que varios prisioneros polacos escaparon en el otoño de 1941. Danilenko, un campesino de la zona, fue uno de los testigos que declararon esto:
"En nuestra zona se organizaron redadas especiales para atrapar a los prisioneros de guerra polacos que habían escapado. Incluso mi casa fue registrada 2 o 3 veces. Después de uno de estos registros, le pregunté al jefe que a quién estaban buscando en nuestro pueblo. Él, me contestó que la orden se había recibido de la Comandancia de Alemania según la cual las búsquedas debían realizarse en todas las casas sin excepción, ya que según los indicios, los prisioneros de guerra polacos que habían escapado del campamento, estaban escondidos en nuestro pueblo."

Obviamente, los alemanes no dispararon a los polacos a la vista de testigos locales, pero la población local tenía pruebas de lo que estaba sucediendo. Una testigo fue Alexeyeva, una muchacha que el jefe de su aldea dispuso como sirvienta para el personal alemán, en una casa de campo en la sección del bosque de Katyn conocido como Kozy Gory. Esta casa había sido la casa de reposo del Comisariado Popular de Asuntos Internos de la administración de Smolensk y estaba situada a unos 700 metros de donde se encontraron las fosas comunes. Alexeyeva explicaba:
"Al final de agosto y durante la mayor parte de septiembre de 1941, varios camiones solían venir casi cada día a la casa de campo de Gory Kozy. Al principio no presté atención a eso, pero más tarde me di cuenta de que cada vez que estos camiones llegaban a la base de la casa de campo, se solían detener en algún lugar del camino rural que conectaba la casa con la carretera, durante media hora, incluso a veces durante más de una hora. Llegué a esta conclusión porque poco después de escuchar que estos camiones llegaban a los terrenos de la casa de campo, su ruido paraba.”
"Cuando el ruido de los camiones se detenía, se oían disparos aislados. Los disparos se sucedían en intervalos cortos aproximadamente iguales y durante poco tiempo. Luego del tiroteo cesaba y los camiones arrancaban dirigiéndose hacia la casa de campo. Suboficiales y soldados alemanes salían entonces de los camiones hablando a voces, se dirigían al baño para lavarse y después se reunían para emborracharse.”
"A veces esos días que venían camiones, llegaban en ellos más soldados de algunas unidades militares alemanas, que los utilizaban para visitar la casa de campo. Incluso se les preparaban camas especiales para ellos. Poco antes de que los camiones llegaran a la casa de campo, los soldados armados se dirigían ya hacia el bosque, evidentemente, al lugar donde los camiones se detenían. A la media hora, volvían en estos camiones junto con los otros soldados que vivían permanentemente en la casa de campo.”
"... En varias ocasiones me fijé en manchas de sangre fresca que llevaban en las ropas los dos cabos Lance. Por todo esto, he deducido que los camiones alemanes traían a la casa de campo gente para ser asesinada."

Alexeyeva también descubrió que las personas asesinadas eran prisioneros polacos.
"Una vez me quedé en la casa de campo hasta un poco más tarde que de costumbre... Antes de terminar el trabajo que me obligó a permanecer más tiempo allí, de repente un soldado entró y me dijo que me podía marchar... Él me acompañó a la carretera.
En la carretera, a unos 150 o 200 metros del lugar de desvío hacia la casa de campo, vi a un grupo de alrededor de 30 prisioneros de guerra polacos que marchan por la carretera bajo una pesada escolta alemana... Me detuve cerca de la carretera para ver dónde se los llevaban, y vi que se volvían hacia nuestra casa de campo en Kozy Gory.
"Ya en ese momento, hacía tiempo que había comenzado a vigilar de cerca todo lo que pasaba en la casa de campo, y empecé a interesarme realmente. Me dí la vuelta, me escondí en unos arbustos cerca de la carretera, y esperé. A los 20 o 30 minutos oí de nuevo aquellos disparos aislados que ya me eran familiares. "

Las otras dos criadas requisadas para la casa de campo, Mikhailova y Konakhovskaya, apoyaron y dieron pruebas de la veracidad de la versión de Alexeyeva. Otros residentes de la zona también dieron pruebas similares.

Basilevsky, director del Observatorio de Smolensk, fue nombrado adjunto al burgomaestre Menshagin, un colaborador de los nazis. Basilevsky estaba tratando de obtener la liberación de Zhiglinsky, un profesor alemán que estaba secuestrado. Para ello convenció a Menshagin de que hablara con el comandante alemán de la región, Von Schwetz, sobre este asunto. Menshagin lo hizo, pero informó de que era imposible, porque "había recibido instrucciones de Berlín para prescribir el régimen más estricto que debía se mantenido".
Basilevsky contó después su conversación con Menshagin:

"Yo involuntariamente repliqué "¿Puede algo ser más estricto que el régimen existente en el campamento?" Menshagin me miró de una manera extraña y acercándose a mi oído, contestó en voz baja: ¡Claro que puede ser! A los rusos, al menos, podemos dejarlos morir, pero en cuanto a los prisioneros de guerra polacos, los autos dicen que están para ser simplemente exterminados".

Después de la liberación, el cuaderno de notas de Menshagin fue hallado escrito de su puño y letra, según lo confirmado por expertos grafólogos. En la página 10, con fecha 15 de agosto de 1941, señala:

"Todos los prisioneros de guerra fugitivos serán detenidos y entregados a la oficina del comandante."

Esta es la prueba de que los prisioneros polacos todavía estaban vivos en ese momento. En la página 15, que no tiene fecha, aparece la entrada: "Hay rumores entre la población sobre el fusilamiento de los prisioneros de guerra polacos en Kozy Gory (por Umnov)" (Umnov era el jefe de la policía rusa).

Una serie de testigos dieron pruebas de que habían sido presionados en 1942-43 por los alemanes, para dar falso testimonio en cuanto al fusilamiento de polacos a manos de los rusos.

Parfem Gavrilovich Kisselev, un residente de la aldea más cercana a Kozy Gory, declaró que había sido citado en el otoño de 1942 por la Gestapo, y que fue entrevistado por un oficial alemán:

"El oficial señaló que, de acuerdo a la información a disposición de la Gestapo, en 1940, en el área de Kozy Gory, en el bosque de Katyn, los miembros del personal del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos fusilaron a oficiales polacos. Él me preguntó sobre el testimonio que yo podría dar en este sentido. Yo le respondí que nunca había oído hablar de que el Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos, hubiera disparando a gente en Kozy Gory, y que de todos modos era imposible, le expliqué al funcionario, ya que Kozy Gory es un lugar absolutamente abierto y muy frecuentado, y si los tiroteos hubieran tenido lugar allí, toda la población de los pueblos vecinos se habría percatado...
"... El intérprete, al parecer, no me escuchaba, y sin embargo se llevó un documento manuscrito de la mesa y me lo leyó. Decía que yo, Kisselev, residente de una aldea en la zona de Gory Kozy, presencié el asesinato de oficiales polacos a manos de los miembros del personal del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos, en 1940.
"Después de haber leído el documento, el intérprete me ordenó que me lo firmara. Yo me negué a hacerlo... Pero él gritó: “O lo firmas o te destruimos. Haz tu elección."
"Asustado por estas amenazas, firmé el documento y pensando que sería el final de la cuestión."

Pero no fue el final de este tema, porque los alemanes esperaban que Kisselev diera prueba oral de lo que supuestamente había "presenciado" ante los grupos de delegados invitados por los alemanes a visitarla zona para evidenciar las pruebas de las atrocidades supuestamente Soviéticas. Poco después, en abril de 1943, las autoridades alemanas habían anunciado al mundo la existencia de las fosas comunes.
"El intérprete de la Gestapo vino a mi casa y me llevaron al bosque en el área de Gory Kozy.
Cuando habíamos salido de la casa y estábamos solos, el intérprete me advirtió que debía decirle a la gente presente en el bosque, todo exactamente como yo lo había escrito en el documento que había firmado para la Gestapo”.
"Cuando llegué al bosque, vi las fosas abiertas y un grupo de desconocidos. El intérprete me dijo que se trataba de delegados polacos que habían llegado a inspeccionar las fosas. Cuando nos acercamos a las tumbas, los delegados empezaron a hacerme varias preguntas en ruso en relación a los fusilamientos de los polacos, pero como había pasado más de un mes desde que había sido llamado a la Gestapo, se me olvidó todo lo que estaba en el documento que había firmado, me sentí confuso, y finalmente dije que no sabía nada del fusilamiento de oficiales polacos.”
"El oficial alemán se enojó mucho. El intérprete me arrastró apartado de los miembros de la delegación y me golpeó. A la mañana siguiente un coche con un oficial de la Gestapo me llevó hasta mi casa. Me tiraron al suelo, me dijeron que estaba bajo arresto, me pusieron en el coche y me llevaron a la prisión de Smolensk ...”
"Después de mi detención fui interrogado varias veces, pero fui más veces golpeado que interrogado. La primera vez que fui llamado, me golpearon fuertemente y abusaron de mí, reprochándome que yo los hubiera decepcionado, y luego me enviaron de vuelta a la celular. Durante el interrogatorio siguiente me dijeron que debía decir públicamente que había presenciado el asesinato de oficiales polacos por los bolcheviques, y que hasta que la Gestapo no estuviese convencida de que estaba dispuesto a hacer esto de buena fe, yo no sería liberado de la cárcel. Yo le dije al oficial que prefería quedarme en la cárcel antes que mentir a la gente en sus caras. Después de eso fui fuertemente golpeado.
"Hubo muchos de esos interrogatorios acompañados de palizas, y como resultado perdí toda mi fuerza, mi vista se hizo pobre y no podía mover mi brazo derecho. Aproximadamente un mes después de mi detención, un oficial alemán me llamó y dijo:" ¿Ves las consecuencias de tu obstinación, Kisselev. Hemos decidido ejecutarte. Por la mañana te llevaremos al bosque de Katyn y te colgaremos. Le pedí al oficial que no lo hiciera, y comencé a suplicarles explicando que quizás yo no era apto para el papel de 'testigo' de los disparos, ya que no sabía cómo mentir y por eso mezclaría todo y me confundiría de nuevo.
"El oficial siguió insistiendo. Algunos minutos más tarde los soldados entraron en la habitación y empezaron a golpearme con porras de goma. Fui incapaz de soportar los golpes y la tortura, y accedí a aparecer en público contando una historia falaz sobre los fusilamientos de polacos a manos de los bolcheviques. Después de eso fui liberado de la cárcel, con la condición de que cada vez que me lo pidieran los alemanes, debería hablar ante las "delegaciones" en el bosque de Katyn ...
"En cada ocasión que tuve que declarar, antes de llegar a las tumbas en el bosque, el intérprete solía venir a mi casa, me sacaba al patio, llevándome a un lado para asegurarse de que nadie le oyera, y durante media hora me hacía memorizar todo lo que tendría que decir sobre el presunto tiroteo de oficiales polacos por el Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos, en 1940.”
"Recuerdo que el intérprete me dijo algo como esto:" Yo vivo en una casa de campo en el área Kozy Gory , no lejos de la casa de campo del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos. En la primavera de 1940, varias noches vi a polacos conducidos al bosque y disparados allí”. Pero era imperativo que dijera literalmente que "este hecho fue obra del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos. Después de haber memorizado lo que el intérprete me decía, me llevarían a las fosas abiertas en el bosque y me obligarían a repetir todo esto en presencia de los "delegados" que llegaban allí.
"Mis declaraciones fueron estrictamente supervisadas y dirigidas por el intérprete de la Gestapo. Una vez, cuando hablaba ante algunos « delegados », se me hizo la pregunta: "¿Viste a estos polacos personalmente antes de ser fusilados por los bolcheviques?” Yo no estaba preparado para tal pregunta y respondí tal como fue el hecho, es decir, que vi a los prisioneros de guerra polacos antes de la guerra, cuando trabajaban en las carreteras. Entonces, el intérprete me arrastró a un lado y me llevó a casa.
"Por favor, créanme cuando digo que todo el tiempo sentía remordimientos de conciencia, ya que sabía que en realidad los oficiales polacos habían sido fusilados por los alemanes en 1941. Pero no me quedaba otra opción, ya que estaba constantemente amenazado con volver a ser detenido, torturado y ejecutado".
Numerosas personas corroboraron el testimonio Kisselev, y un examen médico probó su que verdaderamente había sido brutalmente torturado por los alemanes.

Otra persona presionada para dar testimonio falso fue Ivanov, un empleado de la estación de tren local (Gnezdovo):

"El oficial me preguntó que qué sabía sobre los grandes grupos de oficiales polacos capturados que habían llegado en varios trenes a la estación de Gnezdovo durante la primavera de 1940. Le dije que algo sí sabía sobre esto. Entonces el oficial me preguntó si yo sabía que en la misma primavera de 1940, poco después de la llegada de los oficiales polacos, los bolcheviques les habían matado a todos en el bosque de Katyn. Le contesté que no sabía nada de eso, y que podría no ser así, ya que la ocupación de Smolensk por los alemanes transcurrió durante 1940-41. Yo había conocido a oficiales polacos que fueron capturados, que habían llegado en la primavera de 1940 a la estación de Gnezdovo, y que fueron contratados en la obra de construcción de carreteras.
"El oficial me dijo que si un funcionario alemán decía que los polacos habían sido fusilados por los bolcheviques, esto significaba que era un hecho real. “Por lo tanto, -continuó el funcionario-, no tiene que temer nada, y usted puede firmar con la conciencia tranquila un protocolo para decir que los oficiales polacos prisioneros fueron fusilados por los bolcheviques y que fue testigo de ello”.
"Le respondí que yo ya era un anciano de 61 años, y no quería mentir y cometer un pecado así en mi vejez. Sólo podía dar testimonio de que los polacos capturados realmente llegaron a la estación Gnezdovo en la primavera de 1940. El alemán oficial comenzó a intentar convencerme para dar el testimonio requerido, haciéndome la promesa de que si accedía al acuerdo me iba a promover, desde mi posición de vigilante de cruce ferroviario a la de jefe de la estación de Gnezdovo, y también que a partir de ese momento iba a proveer todas mis necesidades materiales.
"El intérprete puso de relieve que el testimonio de un funcionario del ferrocarril, en la estación de Gnezdovo, la estación más cercana al bosque de Katyn, era muy importante para el mando alemán, y que no me arrepentiría si le proporcionaba esa declaración. Comprendí que me veía envuelto en una situación extremadamente difícil, y que un triste destino me esperaba. Sin embargo, me negué nuevamente a dar falso testimonio para el oficial alemán. Este empezó a gritarme, me amenazó con una paliza y con fusilarme, y me dijo que no entendía que me negase a hacer algo que era bueno para mí. Sin embargo, me mantuve firme. El intérprete escribió en una página, una pequeña declaración en alemán, y me dio una traducción libre de su contenido. Esta declaración registraba, según el intérprete me dijo, sólo el hecho de la llegada de los prisioneros de guerra polacos a la estación de Gnezdovo. Cuando le pedí que mi testimonio fuese escrito no sólo en Alemán sino también en Ruso, el oficial se puso fuera de sí de rabia, me golpeó con una porra de goma y me llevó fuera del local...".

Savvateyev fue otra persona presionada por los alemanes para dar falso testimonio. Según le dijo a la Comisión Soviética de Investigación:

"Testifiqué en la Gestapo en la primavera de 1940, que los prisioneros de guerra polacos habían llegado a la estación de Gnezdovo en varios trenes y conducidos luego en camiones, pero yo no sabía a dónde iban. También agregué que, en varias ocasiones, encontré a polacos en autopista de Moscú -Minsk, donde en grupos pequeños, estaban trabajando en las reparaciones. El oficial me dijo que estaba mezclando las cosas, que yo no podría haber encontrado a los polacos en la carretera, ya que habían sido fusilados por los bolcheviques, y exigió que testificara esto”.
"Me negué. Tras tratar de amenazarme y engatusarme durante mucho tiempo, el funcionario consultó con el intérprete algo en alemán, y luego el intérprete escribió una pequeña declaración y me lo dio a firmar. Explicó que se trataba de un registro de mi testimonio. Pedí al intérprete que me dejara leer mi declaración, pero él me interrumpió por la fuerza, me ordenaba firmar de inmediato y salir. Dudé un momento. El intérprete tomó un lazo de goma que colgaba en la pared y me golpeó con él. Después de aquello me empujaron para que firmara de inmediato. El intérprete me dijo que me fuera y regresara a casa, y que no hablara con nadie de lo sucedido si no quería ser fusilado... “Otros dieron un testimonio similar.

También existen evidencias de cómo los alemanes manipularon las tumbas de las víctimas para tratar de eliminar las pruebas que demostraban que la masacre no tuvo lugar en el otoño de 1941, sino en la primavera de 1940 poco después de que los polacos llegaran por primera vez a la zona.
Alexandra Mikhailovna, la mujer que había trabajado durante la ocupación alemana en la cocina de una unidad militar alemana, se encontró en marzo de 1943, con un prisionero de guerra ruso escondido en su cobertizo:

"Conversando con él me enteré de que su nombre era Yegorov Nikolai, nacido en Leningrado. Desde finales de 1941 había sido prisionero en el campo alemán N º 126 en la ciudad de Smolensk. A principios de marzo de 1943, fue enviado con una columna de varios centenares de prisioneros de guerra desde el campo a los bosques de Katyn. Allí los prisioneros, incluido Yegorov, fueron obligados a cavar las tumbas que contenían los cuerpos de los oficiales polacos y sus uniformes, arrastrar los cadáveres de las fosas y sacar de los bolsillos de los documentos, cartas, fotografías y todos los demás artículos.
"Los alemanes dieron la más estricta orden de que nada quedara en los bolsillos de los cadáveres. Dos prisioneros de guerra fueron asesinados porque, después de haber revisado algunos de los cuerpos, un oficial alemán descubrió unos documentos en estos. Después, numerosos artículos, documentos y cartas extraídos de la ropa en los cuerpos fueron examinados por los oficiales alemanes. Luego obligaron a los presos a volver a poner parte de los papeles en los bolsillos de los cadáveres, mientras que el resto fue quemado.
"Además de esto, los alemanes ordenaron a los prisioneros poner en los bolsillos de los cadáveres de los oficiales polacos, unos papeles que tomaron de algunas cajas o maletas (no recuerdo exactamente) que habían traído. Los prisioneros de guerra hicieron este trabajo en los bosques de Katyn en terribles condiciones bajo el cielo abierto, y durante esos días fueron fuertemente custodiados por los alemanes... A principios de abril de 1943, todo el trabajo previsto por los alemanes estaba aparentemente terminado, luego determinaron que por tres días, ninguno de los prisioneros de guerra debía realizar ningún trabajo...
"Un día, de repente por la noche, todos ellos sin excepción, fueron despertados y llevados a alguna parte. Yegorov sentía que algo iba mal y comenzó a vigilar muy de cerca todo lo que estaba sucediendo. Marcharon durante tres o cuatro horas en dirección desconocida. Se detuvieron en el bosque, junto a un pozo en un claro. Vio cómo un grupo de prisioneros de guerra fue separado del resto y empujado hacia la fosa y luego fueron disparados. Los demás prisioneros de guerra se agitaron, inquietos y bulliciosos. No muy lejos de Yegorov, algunos de los prisioneros de guerra atacaron a varios de los guardias. Otros guardias vinieron corriendo hacia el lugar”. Yegorov aprovechó la confusión al oír los gritos y disparos, y escapó hacia el oscuro bosque, luego se refugió en el cobertizo de Alexandra Mikhailovna, que explica:
"Después de escuchar esta terrible historia, se quedó grabada en mi memoria para el resto de mi vida, quise hacer algo por Yegorov, y le dije que viniera a mi casa para entrar en calor y que se escondiera allí hasta que recuperara fuerzas. Pero Yegorov se negó... Dijo que se iba ese mismo día, que no importaba lo que había pasado y que se iría enseguida para tratar de atravesar la línea del frente y llegar hasta el Ejército Rojo. Por la mañana, cuando fui a asegurarme de si Yegorov se había ido, lo encontré todavía en el cobertizo. Al parecer, durante la noche había tratado de levantarse y partir, pero sólo había dado unos 50 pasos cuando se sintió tan débil que se vio obligado a regresar. Este agotamiento fue causado por el largo encarcelamiento en el campamento y el hambre de los últimos días. Decidimos que debía permanecer en mi casa durante varios días más para recuperar su fuerza. Después de darle algo de comer, me fui a trabajar. Cuando regresé a casa por la noche, mis vecinos Branova, Mariya Ivanovna, Kabanovskaya, Yekaterina Viktorovna me dijeron que en la tarde, durante una redada de la policía alemana, el prisionero de guerra del Ejército Rojo Yegorov, había sido encontrado, y detenido."

La corroboración adicional fue dada por un ingeniero mecánico llamado Sukhachev que había trabajado con los alemanes como mecánico en la fábrica de la ciudad de Smolensk:

"Yo estuve trabajando en el molino durante la segunda quincena de marzo de 1943. Un día me acerqué a un chofer alemán que hablaba un poco de ruso, y dado que llevaba la harina a la aldea de Savenki para las tropas, y volvía al día siguiente a Smolensk, le pedí que me llevara para que pudiera hacer algunas compras en la aldea. Mi idea era hacer el viaje en un camión alemán para no correr el riesgo de ser retenido en los puestos de control. El alemán acordó llevarme pagándole a cambio.
"El mismo día, a las 10 de la noche nos dirigimos a la carretera de Somolensk Vitebsk, en el automóvil íbamos sólo yo y el chofer alemán. La noche era clara, pero había una niebla baja en la carretera que reducía la visibilidad. Aproximadamente a 22 o 23 kilómetros de Smolensk, en un puente destruido en la carretera, hay una bajada bastante pronunciada. Empezamos a descender, cuando de repente un camión que venía hacia nosotros apareció entre la niebla. Ya fuese porque nuestros frenos estaban fuera de orden, o porque el conductor no tenía experiencia, no pudimos detener nuestro camión. Y dado que el paso era muy estrecho, chocamos de frente con el camión que venía hacia nosotros. El impacto no fue muy violento, ya que el conductor del otro camión se desvió hacia un lado y el resultado fue que los camiones se deslizaron uno junto al otro.
"La rueda derecha del otro camión, sin embargo, cayó en la cuneta, y el camión cayó sobre la ladera. Nuestro camión se mantuvo en pie. El conductor de inmediato saltó de la cabina y corrió hasta el camión que había caído. De repente un fuerte olor a carne putrefacta nos sobrevino, evidentemente, provenía de la camioneta.
"Al llegar más cerca, vi que el camión llevaba la carga cubierta con una lona y atada con cuerdas. Las cuerdas se habían roto con el impacto, y parte de la carga había caído en la pendiente. Esta fue una visión horrible, cuerpos humanos vestidos con uniformes militares. Al otro lado, por lo que yo recuerdo, había unos seis o siete hombres cerca de la camioneta: un piloto alemán, dos alemanes armados con ametralladoras y el resto eran prisioneros de guerra rusos, ya que hablaban ruso y estaban vestidos en consecuencia.
"Los alemanes empezaron increpar a mi chofer y luego hicieron algunos intentos de levantar la camioneta. Al cabo de dos minutos, dos camiones llegaron hasta el lugar del accidente y se detuvieron. Un grupo de alemanes y prisioneros de guerra rusos, salieron de estos camiones, unos diez hombres en total, se acercaron a nosotros... con la fuerza de todos juntos comenzaron a levantar el camión. Aprovechando un momento oportuno le pregunté a uno de los prisioneros de guerra rusos en voz baja: "¿Qué es esto? Él contestó en voz muy baja: " Ya llevamos muchas noches trayendo cadáveres a los bosques de Katyn”.
"Antes de que el camión fuese levantado, un suboficial alemán se acercó a mí y a mi chofer y nos ordenó continuar nuestra marcha de inmediato. Como el camión no tenía ningún daño serio, el conductor lo redirigió a la carretera, y seguimos adelante. Cuando estábamos pasando al lado de los dos camiones cubiertos que habían llegado más tarde, volví a percibir el olor horrible de los cadáveres putrefactos".

Varias otras personas también dieron testimonio de haber visto los camiones cargados de cadáveres. Uno de ellos fue Zhukhov, un patólogo que de hecho visitó las tumbas en abril de 1943, por invitación de los alemanes, también dio pruebas:

"La ropa de los cuerpos, en particular los abrigos, las botas y cinturones, estaban en buen estado de conservación. Las partes metálicas de la ropa - hebillas de cinturón, botón de ganchos y picos en las suelas de zapatos, etc - no estaban muy oxidadas, y en algunos casos el metal conservaba su brillo. Secciones de la piel de los cuerpos podían distinguirse todavía, cara, el cuello, los brazos, eran principalmente de un color verde sucio, y en algunos casos marrón sucio, pero no había desintegración completa de los tejidos, no había putrefacción. En algunos casos se podían ver tendones de color blanquecino y partes de músculos.
"Mientras estuve en las excavaciones, había mucha gente trabajando en el fondo de un gran hoyo, en la clasificación y extracción de cuerpos. Para ello, utilizan palas y otras herramientas. Sacaban los cuerpos con las manos y los arrastraron desde un lugar a otro agarrándolos de los brazos, las piernas o la ropa. No vi un solo caso de desintegración de los cuerpos, de separación de las partes del cuerpo por la desintegración de la carne, ni ningún miembro que se hubiera arrancado.
"Teniendo en cuenta todo lo anterior, llegué a la conclusión de que los cuerpos no podían llevar 3 años bajo la tierra, como afirmaban los alemanes, sino mucho menos. Sabiendo que en las fosas comunes, y sobre todo en los enterramientos sin ataúdes, la putrefacción de los cuerpos avanza más rápidamente que en tumbas individuales, llegué a la conclusión de que el fusilamiento en masa de los polacos había tenido lugar alrededor de un año y medio atrás, y probablemente hubiera ocurrido en el otoño de 1941 o en la primavera de 1942. Como resultado de mi visita a las excavaciones caí en la firme convicción, de que este monstruoso crimen había sido cometido por los alemanes. ". Varias otras personas que visitaron las tumbas en el momento dieron este mismo testimonio.

Por otra parte, los patólogos que examinaron los cuerpos en 1943, llegaron a la conclusión de que no podían haber muerto más de dos años antes. Además, fueron encontrados documentos en algunos de los cuerpos, que obviamente, habían sido olvidados por los alemanes cuando se alteraron las pruebas en los cadáveres. Estas incluyen una carta de fecha septiembre de 1940, una tarjeta postal de fecha 12 de noviembre de 1940, un boleto de empeño pagado el 14 de marzo 1941 y otro pagado el 25 de marzo 1941. Recibos de fecha 6 de abril de 1941, 5 de mayo 1941, 15 de mayo de 1941 y una tarjeta postal en polaco con fecha 20 de junio de 1941. Aunque todas estas fechas son anteriores a la retirada soviética, todas ellas posponen y hacen inverosímil la fecha del asesinato que aquellos intimidados por los alemanes habían aportado en falsos testimonios. Si estos documentos fuesen falsificaciones, tal y como denuncia la propaganda burguesa, ¿No hubiera sido más fácil haber falsificado documentos que fueran posteriores a la salida Soviética?, pero esto no fue hecho, y si no se hizo fue porque los documentos encontrados eran, sin ninguna duda, totalmente originales y verdaderos. Tomado de kaosenlared-kimetzkide

domingo, 13 de diciembre de 2009

Al menos tres comunistas a la Cámara de Diputados de Chile


Santiago de Chile, 13 dic (PL) El Partido Comunista de Chile (PCCH), excluido del parlamento desde el golpe militar de 1973, habría obtenido al menos tres asientos en la Cámara de Diputados, según los primeros resultados extraoficiales.

El presidente del PCCH, Guillermo Teillier, uno de los electos, manifestó su alegría por haber roto la exclusión política y opinó que igualmente habrían ganado Lautaro Carmona, en Copiapó, y Hugo Gutiérrez, en Iquique.

Todavía no se tienen los resultados de otros candidatos de la llamada izquierda extraparlamentaria, que apoyó al candidato presidencial Jorge Arrate, como Cristián Cuevas, en la región de Lota y Coronel.

Al destacar estos triunfos, Arrate señaló que la izquierda chilena ha logrado un gran avance. Santiago de Chile, 13 dic (PL) El Partido Comunista de Chile (PCCH), excluido del parlamento desde el golpe militar de 1973, habría obtenido al menos tres asientos en la Cámara de Diputados, según los primeros resultados extraoficiales.

El presidente del PCCH, Guillermo Teillier, uno de los electos, manifestó su alegría por haber roto la exclusión política y opinó que igualmente habrían ganado Lautaro Carmona, en Copiapó, y Hugo Gutiérrez, en Iquique.

Todavía no se tienen los resultados de otros candidatos de la llamada izquierda extraparlamentaria, que apoyó al candidato presidencial Jorge Arrate, como Cristián Cuevas, en la región de Lota y Coronel.

Al destacar estos triunfos, Arrate señaló que la izquierda chilena ha logrado un gran avance.

42 aniversario FPLP VANGUARDIA MARXISTA LENINISTA








ELCOMITE REGIONAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE VENEZUELA EN CARABOBO SALUDA AL FRENTE POPULAR PARA LA LIBERACIÓN DE PALESTINA EN SU 42 ANIVERSARIO, Y HONRAMOS LA MEMORIA DE TODOS LOS HÉROES Y MÁRTIRES DEL FPLP CAÍDOS POR EL SOCIALISMO, LA LIBERACIÓN DE LOS TRABAJADORES Y POR LA INDEPENDENCIA RENTE A LA AGRESIÓN SIONISTA

PCV
CPMITE REGIONAL CARABOBO

42 anivesario FPLP






Más de 70.000 cuadros, militantes y simpatizantes del Frente Popular para la Liberación de Palestina y el pueblo de la Franja de Gaza se reunieron en el estadio para la conmemoración del 42 º aniversario del FPLP el 12 de diciembre de 2009, desplegándose por las calles aledañas al mismo llevando banderas palestinas, banderas del FPLP, así como carteles de los mártires del Frente y de sus dirigentes. Más de 70.000 cuadros, militantes y simpatizantes del Frente Popular para la Liberación de Palestina y el pueblo de la Franja de Gaza se reunieron en el estadio para la conmemoración del 42 º aniversario del FPLP el 12 de diciembre de 2009, desplegándose por las calles aledañas al mismo llevando banderas palestinas, banderas del FPLP, así como carteles de los mártires del Frente y de sus dirigentes.

Desde las primeras horas de la mañana, multitud de jóvenes y viejos, hombres, mujeres y niños viajaron desde las diferentes provincias de la Franja de Gaza y todos los campamentos y aldeas a la ciudad de Gaza a la manifestación, respondiendo al llamado del Frente para asistir bajo el lema de "Unidad, firmeza y resistencia. ¡Hacia la victoria! "

Camarada Dr. Rabah Muhanna, miembro del Buró Político del FPLP y jefe de su oficina en Gaza, llamó para el mantenimiento y aumento de la resistencia en general y en particular la lucha armada contra el enemigo sionista, llamando a la resistencia de un marco coordinado a nivel nacional al servicio de la lucha por recuperar nuestros derechos.

Camarada Muhanna hizo hincapié en que el camino de las negociaciones de Oslo a Annapolis, claramente ha llegado a un callejón sin salida, y debe haber una declaración de todas las fuerzas palestinas de la muerte final de la ruta de las llamadas "negociaciones" y el fin inmediato de el llamado "período transitorio", incluyendo un final completo de toda la coordinación de seguridad con el ocupante.

Expresó un llamado urgente a la unidad nacional, diciendo que es una necesidad para la victoria y que todos los detenidos políticos en la Ribera Occidental y Gaza deben ser liberados, y la unidad establecida sobre la base de la causa nacional palestina y el interés nacional palestino, en respuesta a los sacrificios de miles de mártires, heridos y prisioneros: lograr un Estado independiente con Jerusalén como su capital, la libre determinación, y de regreso de las personas refigiadas.

Camarada Muhanna recordó al pueblo palestino de la Palestina ocupada el desde el -48, en la Ribera Occidental, en Gaza, en los campamentos, y en todo el mundo en la diáspora y el exilio, expresando la plena deerminación del FPLP para luchar por la consecución de la victoria total sobre el criminal y fascista régimen de ocupación.

Expuso la experiencia histórica del Frente para enfrentar el sionismo, como una extensión de la lucha del Movimiento Nacionalista Árabe. Dijo que el Frente va a seguir por el camino de su historia en la lucha revolucionaria para alcanzar la victoria y la derrota total del enemigo sionista criminal y de todo el campo detrás del mismo que es quien le proporciona su poder y su agresión y debilita a nuestro pueblo e impide su progreso: el campo imperialista y reaccionario de sus armas y sus componentes, bajo la dirección salvaje del imperialismo de EE.UU..

Camarada Muhanna cerró su discurso con un llamamiento a la unidad nacional, invocando a los colores de la bandera palestina y las banderas de las facciones palestinas: el verde de Hamas, de color blanco para Fatah, negro para la Yihad Islámica y rojo para el FPLP, llamando a todos a la unidad bajo la bandera nacional de Palestina.

Almazah Sammouni, que perdió a su familia en el diciembre 2008-enero 2009 durante la agresión contra Gaza, habló, diciendo: "Hoy he venido aquí no para llorar o llorar por mi familia, la familia Sammouni, que sufrieron bajo el fuego y los misiles de la ocupación como miles de mártires de nuestro pueblo, sino que vengo a expresar mi orgullo por sus sacrificios y compromiso". Hizo un llamamiento a todas las fuerzas palestinas, en particular, Fatah y Hamas, a unirse bajo la bandera de la sangre de los mártires y la promesa de un futuro mejor para nuestro pueblo y los niños, y luchar para enjuiciar a la ocupación y sus dirigentes en los tribunales internacionales para sus crímenes contra nuestro pueblo.

Camarada Amna Rimawi, esposa del preso camarada Majdi Rimawi y jefe del Consejo de la aldea de Beit Rima, uno de los héroes de la legendaria operación que eliminó al Ministro sionista de Turismo Rehavam Zeevi habló expresando sus saludos en nombre de las familias de los presos, y exhortando a los captores del soldado de la ocupación Gilad Shalit que respeten las normas que han establecido para el canje, porque las familias y los presos saben el único medio para su liberación se produce mediante la resistencia.

Mohamed Khalidi, un trabajador palestino en paro, habló con su uniforme de trabajo, denunciando la pobreza y el desempleo causado por el asedio y la ocupación. Dijo que "estamos para afirmar nuestra firmeza como trabajadores en la cara de la maquinaria de guerra sionista, contra el asedio injusto y el desempleo mortal".

La manifestación, presidida por el camarada Hani Al-Thawabteh, miembro del Comité Central de la franja de Gaza, y el camarada Shireen Abu-Oun, también incluyó poesía, presentaciones artísticas, así como decenas de mensajes de felicitación por parte la dirección del FPLP en el extranjero, Hilda Habash (esposa del fundador del FPLP, el Dr. George Habash), y el Secretario General del FPLP, el camarada Ahmad Saadat, encarcelado en las mazmorras sionistas, y Abla Sa'adat y Sumoud Sa'adat, esposa e hija del camarada Saadat.
tomado prensa PCPE

domingo, 6 de diciembre de 2009

Homenaje Víctor Jara




Con motivo de la exhumación y funerales de los restos del cantante y artista chileno Víctor Jara, quien en vida fuese militantes comunista y abnegado luchador popular durante el gobierno socialista de Salvador Allende; con el artero golpe militar fascista, del 11 septiembre, Víctor Jara seria detenido a los pocos días y ejecutado vilmente en el estadio Chile, sus restos lanzados a la intemperie solo pudieron ser enterrados por su esposa en la soledad y bajo fuerte custodia de los militares fascistas. 36 años después de su muerte el pueblo chileno y el movimiento revolucionario mundial pudieron al fin rendirle el verdadero adiós a tan insigne combatiente por el socialismo. En este marco en la ciudad de Valencia este 5 de diciembre a las 11:00 AM, en la sede de la Red de arte del Ministerio del poder popular para la Cultura, la comunidad chilena de la ciudad, junto a amigos del pueblo chileno, el cónsul de Chile en Valencia y militantes del PCV, rindieron un sencillo Homenaje a la vida, obra y martirio del camarada Víctor Jara, dentro del homenaje mundial que se rendía.

tomaron la palabra, el Camarada Marcos Pinto por la comunidad chilena en Valencia, el cónsul honorario de Chile en Valencia Sr. Reinaldo Villegas Astudillo y el Camarada Jesús Aguirre secretario político PCV en Carabobo

Los comunistas carabobeños, junto a los trabajadores y el pueblo en general se suman al homenaje internacional que los trabajadores y revolucionarios de todo el mundo rinden al camarada y artista revolucionario Víctor Jara.



Gloria a Víctor Jara héroe y mártir del pueblo trabajador chileno.





Atte.



Wladimir Abreu.

corresponsal en Carabobo.
Con motivo de la exhumación y funerales de los restos del cantante y artista chileno Víctor Jara, quien en vida fuese militantes comunista y abnegado luchador popular durante el gobierno socialista de Salvador Allende; con el artero golpe militar fascista, del 11 septiembre, Víctor Jara seria detenido a los pocos días y ejecutado vilmente en el estadio Chile, sus restos lanzados a la intemperie solo pudieron ser enterrados por su esposa en la soledad y bajo fuerte custodia de los militares fascistas. 36 años después de su muerte el pueblo chileno y el movimiento revolucionario mundial pudieron al fin rendirle el verdadero adiós a tan insigne combatiente por el socialismo. En este marco en la ciudad de Valencia este 5 de diciembre a las 11:00 AM, en la sede de la Red de arte del Ministerio del poder popular para la Cultura, la comunidad chilena de la ciudad, junto a amigos del pueblo chileno, el cónsul de Chile en Valencia y militantes del PCV, rindieron un sencillo Homenaje a la vida, obra y martirio del camarada Víctor Jara, dentro del homenaje mundial que se rendía.

tomaron la palabra, el Camarada Marcos Pinto por la comunidad chilena en Valencia, el cónsul honorario de Chile en Valencia Sr. Reinaldo Villegas Astudillo y el Camarada Jesús Aguirre secretario político PCV en Carabobo

Los comunistas carabobeños, junto a los trabajadores y el pueblo en general se suman al homenaje internacional que los trabajadores y revolucionarios de todo el mundo rinden al camarada y artista revolucionario Víctor Jara.



Gloria a Víctor Jara héroe y mártir del pueblo trabajador chileno.





Atte.



Wladimir Abreu.

corresponsal en Carabobo.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Informe de ONG burguesa muestra el avance de la guerrilla marxista-leninista de las FARC


La ONG "Arco Iris" financiada por gobiernos europeos ha dado a conocer el balance de las diversas guerras que sufre Colombia en estos momentos. El informe revela que la "política de seguridad democrática",es decir la ofensiva de terror lanzada por el régimen oligárquico colombiano con pleno apoyo militar gringo, ha "llegado a un techo en término de resultados militares", esto significa que ha fracasado en su propósito de derrotar la guerra popular que impulsan las FARC y el ELN y de exterminar a los grupos guerrilleros, en particular las FARC. La ONG "Arco Iris" financiada por gobiernos europeos ha dado a conocer el balance de las diversas guerras que sufre Colombia en estos momentos. El informe revela que la "política de seguridad democrática",es decir la ofensiva de terror lanzada por el régimen oligárquico colombiano con pleno apoyo militar gringo, ha "llegado a un techo en término de resultados militares", esto significa que ha fracasado en su propósito de derrotar la guerra popular que impulsan las FARC y el ELN y de exterminar a los grupos guerrilleros, en particular las FARC. Por el contrario el informe indica que las FARC han desarrollado una sorprendente "reactivación militar" a lo largo de todo 2009 que hacen de este año uno de los mas violentos. Las FARC han lanzado un Plan Renacer que ha cumplido sus objetivos en un 70 %. La guerrilla comunista ha comenzado a retomar "algunos territorios y mantiene una fuerte capacidad bélica". A pesar de las fuertes ofensivas militares del ejército mas fuerte de Sudamérica bajo control imperialista el número de acciones de las FARC se ha incrementado en un 25 % con respecto al mismo periodo del año anterior. Varias estructuras guerrilleras se han reactivado en zonas urbanas y rurales como el Guaviare donde ha creado un nuevo Frente. El Frente 8 se ha reagrupado en el sur del Cauca y recupera territorio. Si hace 10 años, en 1999 el número de acciones de las FARC fue 1116 segun la citada ONG,en 2009 van a ser mas de 1600. El Frente 15 en Caquetá ha aumentado sus acciones en un 16 % con respecto al año anterior. El número total de combates ha pasado de 561 en 2009 a 564 sólo hasta octubre de 2009. Las FARC han creado una nueva estructura militar llamada Interfrentes o Comando Conjunto de Area que "ha mejorado la operatividad militar". Los combates han pasado de zonas rurales a zonas urbanas como Miraflores que está prácticamente sitiada por la guerrilla,Toribio, Corinto, Bogotá, Tolima o Bajo Cauca. Han aumentado el número de acciones contra infraestructura energética.
Es evidente que la oligarquía colombiana cuenta con los planes guerreristas del Pentágono para intentar nuevamente aplastar a las FARC y extender la guerra a toda América Latina.
Por eso se impone una gran campaña mundial que exija la Paz en Colombia y el cese de la violencia terrorista del imperialismo y sus agentes locales.
Véase el informe completo en http://www.nuevoarcoiris.org.co/sac/

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Hungría: El dorado y sangriento otoño del 56



Traducido del ruso por Josafat S. Comín para Kaos en la Red

De los sucesos húngaros y los dobles raseros
El otoño dorado de Budapest es una época especial, no solo en lo turístico, también en lo político: Una gran cantidad de monumentos con la fatídica fecha de 1956 están engalanados con banderas tricolores, cintas de duelo, coronas de flores y velas encendidas. Es ahora la principal y más sagrada fiesta de la independencia, son días de vacaciones y celebraciones.

Hungría: El dorado y sangriento otoño del 56
Agrandan la tragedia con el paso de los años, la acomodan a los moldes liberales occidentales y se inculca machaconamente de un modo sesgado y primitivo a las nuevas generaciones.
Alexandr Bobrov | Para Kaos en la Red | 18-11-2009 a las 18:42 | 305 lecturas | 5 comentarios
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Traducido del ruso por Josafat S. Comín para Kaos en la Red

De los sucesos húngaros y los dobles raseros
El otoño dorado de Budapest es una época especial, no solo en lo turístico, también en lo político: Una gran cantidad de monumentos con la fatídica fecha de 1956 están engalanados con banderas tricolores, cintas de duelo, coronas de flores y velas encendidas. Es ahora la principal y más sagrada fiesta de la independencia, son días de vacaciones y celebraciones.

Mientras que nosotros seguimos sin aclararnos con eso del Día de la Independencia de Rusia: se les ocurrió la increíble fecha del 12 de junio- día del reconocimiento oficial de la desmembración del país, en Hungría y otros países del antiguo campo socialista todo es infinitamente más sencillo: todos los enemigos sempiternos, los invasores extranjeros que los han sojuzgado y los acontecimientos sangrientos se dejan a un lado, y en primer plano se coloca “la liberación del principal enemigo”: la Rusia soviética.

Y por si no fuese suficiente va nuestro Consejo de la Federación (cámara alta del parlamento. N de la T.), en otoño del 2006 al que no se le ocurre nada mejor que hacer una declaración estúpida, carente de toda credibilidad histórica, con motivo de los sucesos en la Hungría del 56, donde mostraban su pesar por el hecho de que las ansias de libertad del pueblo húngaro, trajese consigo grandes pérdidas humanas, y ofrecían sus disculpas por los sucesos de hace medio siglo. Para volverse locos. ¿A qué fin?

En primer lugar, si Rusia históricamente no está relacionada en modo alguno con la Unión Soviética-como no se cansan de repetir muchos medios de comunicación y sus ideólogos- entonces los sucesos de aquel entonces no guardan ninguna relación con la Rusia actual, y disculparse por ellos, se puede hacer sobre la misma base que si nos arrepintiéramos de aplastar la revolución húngara de 1848. Por lo visto, llegaremos a verlo, pero aquí en Rusia, no en Alemania ni Austria. En segundo lugar, si somos herederos de la Unión Soviética, no es de recibo menospreciar las trágicas y gloriosas páginas de nuestra historia, los condicionantes geopolíticos y las obligaciones estatales.
No sé si se acordarán en el Consejo de la Federación, que hubo una Segunda Guerra Mundial, que Hungría luchó del lado fascista, con la formación de tres divisiones de las SS, y que existían los acuerdos de Yalta y una organización política como el Pacto de Varsovia.

Supongamos por ejemplo, que uno de los países miembros de la OTAN declare mañana: abandonamos la OTAN, se creen “milicias populares” y comiencen a atacar las bases militares, de misiles y a matar soldados de la Alianza. ¿Qué ocurriría? Se puede esperar cualquier cosa. Ya sabemos por el ejemplo yugoslavo, que en el centro de Europa, en pleno siglo XXI, en una batalla cruenta se pueden llegar a utilizar armas prohibidas. Entonces no habían pasado más que o­nce años desde el fin de la guerra. Todavía andaban sueltos fascistas supervivientes y seguidores de Horthy, aunque ya se habían definido claramente los bandos de la “guerra fría”, los partidarios y detractores del socialismo. Ahora nos lo quieren simplificar hasta la ridiculez: había una aspiración de libertad y democracia occidental que la Unión Soviética aplastó brutalmente en aquel dorado otoño del 56.

Un hecho curioso: recientemente en Hungría después de 40 años parado, pusieron en marcha un tanque soviético T-34 de los tiempos de la Gran Guerra Patria. Los especialistas del Museo de Historia, consiguieron arrancar esta legendaria máquina casi sin esfuerzo. El tanque pese a estar oxidado y sin mantenimiento, mantuvo la capacidad de conducción, y estoy seguro que también la de disparar si hubiesen probado a cargarlo con munición. Imagino que lo harían para recordar la amenaza que supone el armamento soviético, cuya participación en los sucesos del 56, ha sido enormemente exagerada. Hace unos días compré en la fortaleza de Buda una guía de viaje. Allí cuentan que en la realmente hermosa ciudad de Budapest, en 1896, en la celebración de los mil años de la fundación de la patria húngara y en señal de reconocimiento del gran crecimiento que experimentaba el país, tuvo lugar la Exposición Universal.

Luego dicen: “Este increíble crecimiento de Budapest se verá frenado por la Primera Guerra Mundial, y más tarde durante el segundo “incendio” mundial, la ciudad vuelve a quedar convertida en ruinas. Las tropas alemanas en su retirada, vuelan los puentes sobre el Danubio, en los combates quedan dañados los principales edificios. En 1945 los habitantes de Budapest reconstruyen la ciudad, y se vieron obligados a volver a hacerlo, cuando en 1956 los tanques soviéticos volvieran a destruirla”. O sea, que la destruimos, apuntábamos directamente al centro, e hicimos volar, como los alemanes, todos los puentes y los principales edificios de Budapest. Da vergüenza leer esto. Yo viví en la isla Margit, al lado del famoso puente diseñado por Eiffel. El maravilloso puente fue volado sin compasión por los alemanes el 4 de noviembre de 1944, hace 65 años, cuando nuestras tropas se acercaban a Budapest. Los alemanes tenían tanta prisa, que el tramo principal del puente se desplomó sobre el Danubio con viandantes y cuarenta zapadores alemanes.

En los años 44-45 las tropas húngaras fueron derrotadas y el territorio fue ocupado por las tropas soviéticas. Tras el final de la guerra, se celebraron elecciones libres, de acuerdo con los acuerdos de Yalta, donde obtuvo mayoría el Partido de los Pequeños Propietarios: Sin embargo el gobierno de coalición impuesto por la comisión de control de los aliados, que estaba encabezada por el veterano mariscal soviético Voroshilov, dio a los vencedores la mitad de los puestos del gabinete, mientras que los puestos clave se dejaron en manos del Partido Comunista Húngaro. Los comunistas, contando con el apoyo de las tropas soviéticas apostaron por la vía no democrática y en 1947 convocaron nuevas elecciones. Una práctica habitual, en Afganistán bajo las bayonetas usamericanas acabamos de presenciar una farsa electoral.

En Hungría se instauró el régimen de Matyas Rakosi. Se llevó a cabo una colectivización forzosa, la AVH (seguridad del estado) reprimió a la oposición, a la iglesia, a los oficiales y políticos del viejo régimen, y demás enemigos del nuevo gobierno.

Hungría, como aliada de la Alemania nazi, estaba obligada a pagar una significativa contribución a la URSS, Checoslovaquia y Yugoslavia, que suponía una cuarta parte de su PIB. El país atravesaba un momento difícil, y los comunistas cometieron muchos errores. La muerte de Stalin y especialmente la poco perspicaz intervención de Jruschov en el XX Congreso del PCUS, propiciaron intentos de liberarse de los gobiernos populares en todos los países de la Europa del Este. ¿Pero quién entrega el poder voluntariamente? Díganme un ejemplo de la historia moderna. Incluso el traidor Gorbachov no terminó de creer que Yeltsin, el destructor, lo fuese a echar del Kremlin de un modo tan humillante.

Las luchas internas en el Partido del Trabajo Húngaro entre conservadores y partidarios de las reformas comenzaron desde principios de 1956 y el 18 de julio de 1956 condujeron a la dimisión de Sec. Gral. del PTH Rakosi, quien fue sustituido por el ministro de la Seguridad del Estado, Erno Gero.
Un enorme papel jugó la actividad subversiva de los servicios secretos occidentales, especialmente del británico MI-6, encargado de preparar a numerosos cuadros de los “rebeldes populares” en sus bases secretas de Austria a los que luego introducían en Hungría.

La destitución de Rakosi, y la influencia del levantamiento de Poznan en Polonia en el 56, provocó un aumento de los sentimientos críticos en el seno estudiantil e intelectual. Desde mediados de año había comenzado a funcionar en la Unión de escritores el “Círculo de Petofi” en el que se debatían los temas más candentes, que el país tenía ante sí.

Finalmente, el 23 de octubre comenzó una manifestación, en la que participaron decenas de miles de personas, estudiantes y destacados intelectuales. Los manifestantes portaban banderas rojas, pancartas con lemas sobre la amistad soviético-húngara, peticiones de incluir en el gobierno a Imre Nagy, etc. En las plazas del Quince de marzo y Mari, y las calles de Kossuth y Rakosci, se les unieron manifestantes radicales, que gritaban consignas totalmente distintas. Exigían la restauración del antiguo escudo nacional, la recuperación de la antigua fiesta nacional, en lugar de la celebración de la liberación del fascismo, y la supresión de las clases de ruso. También exigían la celebración de elecciones libres, la creación de un gobierno encabezado por Nagy y la salida de las tropas soviéticas de Hungría.

El ovillo de los sangrientos sucesos comenzaba a desenredarse. Un nutrido grupo de manifestantes intentó entrar en los estudios de la Casa de la radio, con la exigencia de poder sacar al aire sus reivindicaciones. Este intento condujo al enfrentamiento con las tropas del AVH encargadas de defender la emisora, que pasadas las 21 horas, provocó los primeros heridos y muertos.

Las rebeldes se hicieron con armas arrebatadas a las tropas de refuerzo que enviaron a defender la radio, así como con otras sacadas de los armeros de Defensa Civil y comisarías de policía. El encarnizado combate en la Casa de la radio y alrededores continuó durante toda la noche. A las 23h, en virtud de la decisión de Presídium del CC del PCUS, el jefe del Estado Mayor de las FFAA de la URSS, general Sokolovsky dio la orden al Comandante del Cuerpo Especial de comenzar el avance en dirección a Budapest para prestar ayuda a las tropas húngaras “en el restablecimiento del orden y la creación de condiciones para el trabajo pacífico”.

Las unidades del Cuerpo Especial llegaron a Budapest sobre las 6 de la mañana y entablaron combate con los rebeldes. La noche del 23 de octubre del 56, la dirección del Partido Comunista Húngaro tomó la decisión de nombrar primer ministro a Imre Nagy, que ya había ocupado este cargo en 1953, destacando por sus ideas reformistas, por las que fue represaliado, y posteriormente rehabilitado poco antes del levantamiento. A Nagy a menudo le acusan de que la petición formal a las tropas soviéticas para que ayudasen a sofocar el levantamiento también fue respaldada por él.

Fue precisamente ese día, 23 de octubre, el que convirtieron en Día de la Independencia nacional de Hungría. Pero ¿quién es este luchador contra el comunismo y reformista Imre Nagy, para tener un monumento cerca del majestuoso edificio del parlamento en Budapest? Nació en 1896, luchó en las filas del ejército austro-húngaro. En 1916 fue hecho prisionero. En 1917 ingresa en el Partido Comunista Ruso (de los bolcheviques), y durante la guerra civil combate con el Ejército Rojo. En 1921 regresa a Hungría, pero en 1927 se ve obligado a refugiarse en Viena, huyendo del régimen de Horthy. Desde 1930 vive en la URSS, trabaja en el Komintern y en el Instituto de Economía de la Academia de Ciencias de la URSS, junto a Bujarin. Fue arrestado, pero puesto en libertad al poco tiempo. Pero no solo puesto en libertad…sino aceptado al servicio de la Dirección Política Estatal Unificada adjunta al Consejo de comisarios Populares de la URSS, (OGPU por sus siglas en ruso).

Como se supo más tarde ya en 1933 había sido reclutado para informar a los órganos de seguridad sobre la actividad de sus compatriotas húngaros, que habían encontrado refugio en la URSS. Esto posiblemente salvó entonces al propio Nagy. En el verano de 1989, hace 20 años, el presidente del KGB Vladimir Kriuchkov, entregó a Gorbachov una carpeta de documentos de los archivos del KGB, de los que se desprendía que Imre Nagy en los años anteriores a la guerra había sido informante del NKVD.

Estos documentos Gorbachov los entregó a la parte húngara, que los puso a buen recaudo, sin que hasta la fecha hayan sido hechos públicos. Entre 1941 y noviembre de 1944 Nagy trabajó cómodamente en la emisora de radio “Kossuth-radio” que emitía en húngaro desde Moscú para los habitantes de Hungría, antigua aliada de Alemania en la guerra. Vale la pena que volvamos a recordar que Hungría fue uno de los más impacientes y principales aliados de los nazis en la lucha contra la URSS.

En el telegrama con fecha 22 de junio de 1941, enviado a Berlín, se informaba que el gobernante húngaro Horthy, al leer la carta de Hitler, exclamó entusiasmado: “Llevo 22 años esperando este día. Estoy feliz”. A los horthystas les consumía el ansia del lucro, la conquista de nuevos territorios: En el frente soviético combatieron casi millón y medio de húngaros (1 de cada 7 húngaros), de los que 404 700 murieron y 500 000 fueron hechos prisioneros.

Las tropas húngaras cometieron infinidad de crímenes en territorio soviético (especialmente crueles en el territorio de los Cárpatos anteriormente anexionado por Hungría), sin que se le pidieran nunca responsabilidades, abandonando a su aliado en el momento justo y saliendo de la guerra en 1944. Mucho callamos entonces, -todo fuese por la solidaridad socialista- perjudicándonos a nosotros mismos, dando pie a especulaciones y mentiras.

El 4 de noviembre de 1944, el día que volaron el puente Margit y comenzó activación del frente antifascista húngaro, Nagy regresó a su país. Pero se vio muy decepcionado, al no poder convertirse en la primera figura de Hungría. Hubo de conformarse con diferentes puestos ministeriales, en los distintos gobiernos de coalición. Su modesta carrera hasta tal punto lo desmoralizó y enfureció, que atacó abiertamente a la dirección del partido, acusando al entonces secretario general Rakosi, de “desviarse de la línea de Lenin y Stalin”, y de ser incapaz de trabajar con los cuadros.

Eso le llevó, en 1949, a ser expulsado del CC y apartado de todos los cargos. Después de ser apartado, Nagy, hasta tal punto se asustó, que en 1951 respaldó la idea de duplicar las estimaciones iniciales del plan quinquenal, siendo de nuevo admitido en el Politburó. Aunque por lo visto, aquí mucho tuvo que ver la intercesión de sus supervisores soviéticos, que defendieron a su valioso agente e insistieron en que pudiese volver a la gran política. A juzgar por las revelaciones de gente próxima a los archivos del KGB, Nagy nunca rompió lazos con los servicios secretos.

En 1951-52 el suministro obligatorio previsto, recayó como un pesado fardo sobre los hombros de los campesinos, y Nagy –antes enemigo de la colectivización- escribía un artículo tras otro, insistiendo en la obligatoriedad de cumplir los planes. Todas las desviaciones en el desarrollo de la economía y las torpezas en la colectivización, con el concurso de Nagy, condujeron a Hungría a la crisis del 56. Los que hoy ensalzan su figura, dicen que él “luchaba por la unidad de Hungría”, que pronunció el famoso llamamiento:”Nueve millones y medio de corazones húngaros, que laten como un solo corazón, nueve millones y medio de almas húngaras que se inspiran como una sola alma…” Pero repetimos, que en Hungría si algo no había, era unidad.

El país estaba dividido. Había un grupo importante de “auténticos húngaros”, representantes de las capas burguesas y de un aparte de la intelectualidad, que defendían su visión, como se diría ahora desde “posiciones imperiales”, había una gran parte de comunistas pro-soviéticos, y había por último un grupo bastante numeroso de horthystas- nazis de cuño húngaro, ocultos a la espera de su momento. ¡Y ese momento llegó! Aunque formalmente Nagy abogaba por sofocar el levantamiento, hasta el último momento estuvo saboteando el decreto del estado de emergencia, llegando el día 25 a abolir el toque de queda y ordenando el regreso de las tropas a los cuarteles, dando a los golpistas la posibilidad de reagruparse y recuperarse tras los primeros enfrentamientos infructuosos.

Esta decisión les permitió recuperar fuerzas y lanzar desde el 29 de octubre una nueva ofensiva del alzamiento armado. La dirigencia soviética, que había evitado hasta el último momento inmiscuirse en los acontecimientos, aceptó las exigencias de Nagy, y el 28 de octubre las tropas soviéticas abandonaron Budapest, lo que solo sirvió para aumentar la escalada de la guerra civil. Cualquier investigador imparcial tiene hoy claro, que el aventurismo político de este antiguo soplón, condujo a que se desencadenase en la práctica una guerra civil, cuyas consecuencias, de no haber mediado la intervención soviética, hubieran sido impredecibles.

Las tropas fueron extremadamente moderadas. En unas condiciones de zozobra e indecisión de los dirigentes de la URSS, por orden del 30 de octubre, los soldados soviéticos, tenían prohibido repeler los disparos, “caer en provocaciones” y salir de su ubicación. Todas las tropas fueron conducidas a sus emplazamientos. Las calles quedaron sin gobierno. Comenzó el derramamiento de sangre. Los guardias de Béla Király y Dudás ejecutaban a comunistas, miembros del AVH, y militares húngaros que se negaban a subordinarse.

En eso primeros momentos los rebeldes animados por el éxito, se radicalizaron rápidamente, abriendo fuego contra las tropas soviéticas. Fueron numerosos los casos en que asesinaron a soldados soviéticos de permiso, o que estaban de guardia, en numerosas ciudades húngaras. Que probasen hoy en cualquier país a matar tan impunemente a un soldado usamericano y escuchar un tan condescendiente “no abrir fuego, no responder”. Imposible imaginar, pero entonces a nuestros muchachos, los dejaron expuestos.

Los insurrectos tomaron al asalto la sede local del Partido del Trabajo, y más de 20 comunistas fueron ahorcados por la multitud. Las fotos de los comunistas ahorcados con signos de tortura, con los rostros desfigurados por el ácido, dieron la vuelta al mundo. Los rebeldes correteaban por las calles a la caza de miembros de la seguridad de estado. Los reconocían por sus famosas botas amarillas, los descuartizaban o los colgaban por los pies; a veces los castraban.

A los dirigentes del partido que capturaron les clavaban al suelo con enormes clavos mientras les hacían sujetar los retratos de Lenin en las manos. Hay fotos terribles, bien conocidas: el cadáver desfigurado de un miembro de la seguridad del estado, colgado cabeza abajo, el asesinato de un comunista con un disparo a quemarropa, un tanque soviético destruido.

Pensemos, que 4 días antes, el 29 de octubre de 1956, Israel y después los miembros de la OTAN, Francia y Reino Unido, habían atacado a Egipto -al que respaldaba la URSS-, para hacerse con el control del Canal de Suez, donde habían desembarcado las tropas, mientras el 31 de octubre en la reunión del Presídium del CC del PCUS Jruschov había declarado:”si salimos de Hungría esto alentará a los americanos, ingleses y franceses imperialistas. Lo tomarán como una debilidad y atacarán”.

Se tomó la decisión de crear un ”gobierno revolucionario de obreros y campesinos “ encabezado por János Kádár y ejecutar una operación militar con el objetivo de derrocar al gobierno de Imre Nagy. El operativo, bautizado como “Remolino” fue encomendado al ministro de defensa de la URSS, Gueorgui Zhukov.

El 1 de noviembre, cuando las tropas soviéticas recibieron la orden de no abandonar sus emplazamientos, el gobierno húngaro tomó la decisión de retirar a Hungría del Pacto de Varsovia, con la consiguiente notificación a la embajada de la URSS. Al mismo tiempo, Hungría dirigió a la o­nU una solicitud de ayuda para defender su neutralidad. La madrugada del 4 de noviembre comenzaron a entrar nuevas tropas soviéticas bajo el mando del Mariscal Zhukov.

Ese mismo día 4 tomaron el control de los puntos clave de Budapest, los miembros del gobierno de Imre Nagy se refugiaron en le embajada yugoslava. Sin embargo, unidades de la guardia húngara nacional y divisiones aisladas continuaron oponiendo resistencia a las tropas soviéticas, las cuales abrieron fuego de artillería sobre los focos de resistencia, para que la infantería pudiese llevar a cabo las operaciones de limpieza bajo la protección de los tanques. Los principales centros de resistencia se concentraron en los arrabales obreros de Budapest, donde los consejos locales y los oficiales horthystas, supieron contraponer una resistencia más o menos organizada. Contra esas zonas se siguió utilizando el fuego de artillería, pero en ningún modo contra el centro de la ciudad ni los puentes sobre el Danubio.

El 10 de noviembre los Consejos obreros y estudiantiles propusieron a la comandancia soviética el cese del fuego. Era el cese de la resistencia armada. El Mariscal Zhukov sería condecorado por la “neutralización del levantamiento fascista húngaro”, siendo merecidamente reconocido con la cuarta estrella de Héroe de la Unión Soviética. El oro y la sangre del otoño…El 22 de noviembre del 56, el Primer Ministro Imre Nagy y los miembros de su gobierno, fueron sacados de la embajada yugoslava, donde se escondían, y encarcelados en territorio rumano. Luego serían llevados de regreso a Hungría para ser juzgados. Imre Nagy y el ministro de defensa Pál Maléter serían condenados a pena de muerte, acusados de traición a la patria. Nagy fue ejecutado en la horca el 16 de junio del 58.

Tras la caída del régimen socialista, los restos de Nagy y Maléter fueron enterrados con todos los honores en julio de 1989. Y desde hace 20 años este soplón y contradictorio político arribista, Imre Nagy, es considerado como héroe nacional de Hungría. Ellos verán. ¿Pero por qué a nuestros soldados, que cumplían con su deber y obligación, se les llama verdugos sanguinarios? Está perfectamente constatado que como resultado de los sucesos de 1956 en Hungría murieron 2470 personas, hubo 25 000 represaliados y 200 000 huyeron del país. Por costumbre se considera que a todos ellos, a esos 2740, los aniquilaron los “ocupantes soviéticos”. Algo que poco tiene que ver con la realidad. No se quienes son los que aparecen en las fotografías que ponen junto a los monumentos del 56, ¿son víctimas de los dos bandos? ¿Cómo explican a su hijos quienes eran esa víctimas inocentes caídas a manos “de su propia gente”, los hijos y nietos de los que fueron asesinados y torturados por los rebeldes?

Como atestiguan los documentos, tan solo en los primeros días del “alzamiento” murieron más de 300 “comunistas y cómplices”, a manos de los “alzados”, como por ejemplo, los soldados fusilados junto al Ministerio del Interior, que tuvieron la desgracia de encontrarse en el lugar y momento equivocado. ¿Y los milicianos obreros? Hay que decir, en honor a la verdad, que desde luego no todos en Hungría perdieron la cabeza y se lanzaron a combatir. Por ejemplo, en todo el ejército húngaro, apenas hubo un puñado de oficiales que se pasaron al bando de los golpistas. Ni un solo general participó en esta carnicería.

El principal “héroe” terminó siendo el ya mencionado Maléter, coronel de la unidad de constructores del ejército, quien, por ridículo que parezca, no era en realidad más que otro agente soviético, antiguo oficial del ejército de Horthy, que había caído como prisionero en el 44, donde se le dio preparación en la escuela de contrainteligencia para ser introducido en Hungría, con la tarea de organizar unidades de partisanos. Fue él, el que se convirtió en líder militar de los golpistas, no sin antes, dar la orden a los tanques de disparar sobre los “insurgentes”, y fusilar en persona a dos estudiantes capturados. Pero cuando la muchedumbre no le dejó otra salida, dio la orden a los soldados de tomar partido por el pueblo y jurar el mismo fidelidad a Nagy. Junto a él, recibió su merecido castigo.

Hablemos ahora de la correlación de fuerzas y de las pérdidas. En aquel entonces la guarnición de Budapest contaba con 30 000 soldados; se sabe que alrededor de 12 mil se pasaron al lado rebelde, pero ni mucho menos todos ellos tomaron parte en los combates. Con Maléter arrestado, la mayoría se fue a sus casas. En los distintos destacamentos armados combatieron en total unas 35 mil personas, de las que más de la mitad eran antiguos soldados y oficiales horthystas, que formaban la columna vertebral de los golpistas .

Pocos son hoy los que se aventuran a cargar las tintas sobre el tema de la composición social de los “sediciosos”. Lo habitual es que pongan de relieve que se trataba de “estudiantes y obreros”, pero a juzgar por las listas, tampoco es que hubiese muchos estudiantes entre ellos. Incluso los historiados húngaros se ven obligados a reconocer, a regañadientes, que la mayoría eran horthystas.
Los golpistas contaban con 50 mil fusiles, hasta 100 tanques, y cerca de 200 piezas de artillería y morteros. Una fuerza considerable.

Las tropas soviéticas en apenas cuatro días pudieron derrotar y dispersar a un ejército de 15 000 insurgentes, y tomar bajo control los puntos estratégicos de la ciudad. Según los datos con los que contamos, entre el 23 de octubre y el 31 de diciembre d 1956, a raíz del levantamiento y los enfrentamientos que le sucedieron, cayeron de ambos bandos 2652 ciudadanos húngaros y 19226 resultaron heridos. Las pérdidas del lado soviético ascendieron a 720 soldados muertos, 1540 heridos, y 51 desaparecidos.

En el transcurso de la posterior investigación de los hechos fueron abiertas 22 mil causas judiciales. Hubo 400 condenas a muerte, aunque se cumplieron 300. 200 000 huyeron a Occidente, de los cuales no todos eran enemigos del régimen comunista, ¿pero cómo dejar escapar la oportunidad de buscarse la vida en Occidente con la categoría de “víctima”?
Se podría decir, que teniendo en cuenta la época de la que hablamos, la operación fue bastante humanitaria.

Valga como comparación: dos años antes de los sucesos de Hungría, el ejército francés comenzó una operación de castigo en Argelia, durante la que morirían -hasta 1962- un millón de argelinos: A nadie le vino a la cabeza entonces acusar de criminales a los franceses. Tuvieron que pasar más de 40 años para que se desatase el escándalo: a medida que el ejército francés iba sufriendo derrotas, y perdiendo la esperanza de dominar al pueblo alzado, aplicaron la tortura como método habitual contra la población local.

La lógica del gobierno colonial era la siguiente: por cuanto la organización patriótica del Frente de liberación nacional era respaldada por todo el pueblo, cualquier argelino era visto a ojos de los franceses como miembro del Frente, y por consiguiente como enemigo. Los interrogatorios para sacar información a los insurgentes se hacían con una increíble saña y crueldad. Además no solo contra la población local, también contra los franceses residentes que se oponían a la guerra. Las acusaciones y las denuncias no cesan en Francia, hasta el día de hoy.

Mientras que con los sucesos de Hungría todo es mucho más sencillo: Agrandan la tragedia con el paso de los años, la acomodan a los moldes liberales occidentales y se inculca machaconamente de un modo sesgado y primitivo a las nuevas generaciones. ¿Qué es lo que recuerdan y conocen? Junto a los monumentos con velas no están los participantes, víctimas ni culpables de los sucesos, sino sus enfurruñados hijos y nietos, los mismos a los que podemos ver junto a los templos, convertidos en mezquitas por los turcos, frente a los monumentos en honor de Petofi caído en la lucha por la libertad ante el imperio de los Habsburgo. Lo fácil es echarle la culpa al reciente “pasado maldito”. Pero Rusia, como país vencedor, no debería aceptar esa culpa ni someterse a esos descarados dobles raseros.

Por cierto que la mayoría de los húngaros sensatos e instruidos, comprenden perfectamente la correlación de fuerzas entonces existente, el papel de la Unión Soviética en la reconstrucción y floreciente desarrollo de la Hungría socialista. Mucho de aquello sigue funcionando, descollando y produciendo desde aquel bendito tiempo. Así que no tenemos nada por lo que justificarnos o halagar a Occidente.

El Budapest otoñal, aún con sus mendigos en el centro, sus borrachos en los soportales y sus velas conmemorativas, es esplendoroso.En el puente reconstruido de Margit, en el monte Gellert con el memorial espectacular en honor a la liberación de los fascistas de la Madre-Patria, en el monumento a los soldados soviéticos junto al parlamento (que no tiene ni una flor fresca), me puse de nuevo a pensar en el precio por salvar y reconstruir una de las más hermosas ciudades de Europa. Pero de eso, mejor en otro artículo, en invierno, quizá. Puede que para el 65 aniversario de la liberación de Budapest se anime alguno de nuestros lectores veteranos, que salvaron a la dorada capital húngara de la “peste parda”…

Alexandr Bobrov, escritor y publicista
Artículo publicado originalmente en Sovietskaya Rossia