Por Luis R Delgado J
Venezuela está a punto de implementar un nuevo sistema de ingreso a la Educación Superior, que democratizaría como nunca antes el acceso a las universidades de importantes sectores de la población estudiantil de los liceos públicos del país.
Este sistema de ingreso que ha sido anunciado en los últimos meses por el Ministro de Educación Superior y la autoridades de la OPSU, constituye una enorme reivindicación histórica a las luchas que durante décadas libró el movimiento estudiantil venezolano en pro de la eliminación de los discriminatorios sistemas de admisión, que excluyeron a miles de estudiantes fundamentalmente de extracción popular, convirtiendo la educación en las universidades en un privilegio de una limitada élite.
La Prueba de Actitud Académica y las Pruebas Internas de Admisión conformaron un aberrante y excluyente sistema de ingreso, que dejó sin cupo a decenas de miles de estudiantes en su mayoría provenientes de la Educación Pública con la excusa de promover la calidad y la excelencia académica.
Por esta razón, la eliminación de este viejo sistema antidemocrático debe ser motivo de alegría para el pueblo y sobre todo para la inmensa mayoría de los estudiantes liceístas, sin embargo tal ves producto de la desinformación es poco el entusiasmo percibido, hasta ahora no hemos observado ninguna manifestación masiva de apoyo, y de hecho sectores estudiantiles de la derecha han manifestado para oponerse a este nuevo sistema de admisión.
Esto último es lamentable y demuestra el talante reaccionario de la mayoría de los estudiantes de las universidades autónomas, que producto de los excluyentes sistemas de admisión de la cuarta república que paulatinamente iban dirigidos a la privatización de la Educación Superior, se han convertido en una élite refractaria que hoy protesta por la defensa de sus privilegios de ser del selecto grupo de bachilleres que pudo estudiar en la UCV, la UC, la USB o la ULA.
Tal cual casta medieval, se niegan a aceptar el ingreso de las mayorías a la Educación Superior, porque “no es lo mismo un 19 del San Ignacio que un 19 de un liceo por ahí” (Goicoechea dixit). Ellos están conscientes que si bien es cierto no son parte de la Burguesía, están en posibilidades de convertirse en intelectuales orgánicos del sistema con todas las prebendas que esto implica.
Frente a esto es imprescindibles que las fuerzas juveniles revolucionarias y progresistas sean capaces de organizar, agitar y movilizar a las grandes masas estudiantiles de los liceos públicos, populares para la defensa de una conquista histórica que el Gobierno Bolivariano está brindado a decenas de miles de bachilleres que no tenían posibilidades de acceder a un cupo en una Universidad Autónoma.
No podemos contentarnos con tan sólo un pronunciamiento en una rueda de prensa, los liceístas deben movilizarse masivamente en defensa de su derecho a la Educación Superior, deben hacer frente a los intentos siniestros que las autoridades universitarias están realizando para torpedear e impedir la implementación del Nuevo Sistema de Ingreso.
La juventud debe dejar la apatía en política, debe comprender cuales son las posiciones que reivindican sus derechos, no puede seguir postrada frente a los fetiches que esta sociedad nos impone para mantenernos dormidos, manipulados, alienados.
Las Organizaciones Juveniles comunistas, socialistas, democráticas debemos estar a la altura de estos problemas, debemos abandonar la estreches de miras, la carencia de perspectivas estratégicas.
El nuevo Sistema de Ingreso a la Educación Superior es una reivindicación histórica que debe ser defendida por el pueblo.
Derrotemos la Exclusión, la Explotación, la Opresión y la Discriminación de cualquier tipo, venga de donde venga.
