viernes, 22 de agosto de 2008

Consejos Comunales y Comunas: entre el Clientelismo y el Poder Popular



Por Luis R Delgado J

Los Consejos Comunales son los espacios sociales en construcción en los cuales la militancia revolucionaria ha depositado mayor esperanza. Son los espacios de participación donde puede prefigurarse la construcción del Poder Popular, del nuevo Estado, del Socialismo.


De su consolidación se deriva la construcción de un espacio de articulación mayor denominado Comuna, palabra que hace emocionar el espíritu y avivan las expectativas de materialización de una utopía que tiene siglos.

Sin embargo, la realidad siempre es más dura y concreta que los sueños, lo cierto es que el proceso de conformación de los Consejos Comunales apenas está en sus inicios, menos de dos años para ser más exactos, de lo cual lo que salta a la vista más allá de las virtudes inherentes a la participación popular, es una serie de vicios, desviaciones y problemáticas que preocupan profundamente.

Hay que partir en primer lugar de que Venezuela es un país que todavía se circunscribe en una Formación Social predominantemente Capitalista, de eso no debe caber duda, el Socialismo es todavía un proyecto, una perspectiva en construcción cuyo éxito dependerá de la capacidad combativa y creativa de los sectores populares y trabajadores. Esto nos permite entender de forma clara, que los vicios más perniciosos y odiosos del Capitalismo están plenamente vivos, el egoísmo, la corrupción, el machismo, la delincuencia, el fetichismo y la alienación en todas sus formas, son percibidas cotidianamente, aunque empiezan a emerger con más fuerza ciertos valores emancipatorios como la solidaridad, la cooperación entre otros.

En este contexto la construcción de los Consejos Comunales se ha visto perjudicada por la presencia de estos factores ideológicos-morales negativos, el despilfarro de recursos, la ausencia de perspectiva de las necesidades más apremiantes, la corrupción, el nepotismo, el despotismo, la división por intereses mezquinos, el latrocinio más simple no se han hecho esperar, producto de la falta de conciencia política, de educación y organización popular. Hay que aclarar que esto no es culpa exclusiva de los habitantes de las comunidades, es una herencia histórica no resuelta de forma definitiva y es producto de la ineficacia política de las organizaciones políticas-sociales de izquierda, eso sin contar que el gobierno no ha logrado cooperar de forma oportuna a la organización popular, por el contrario por el carácter burgués del Estado venezolano, lo que se ha hecho es reproducir políticas paternalistas y asistencialistas que acentúan el fenómeno clientelar y electorero.

Todo esto crea una problemática muy peligrosa para la Revolución Bolivariana porque la desvirtúa, y la derrota de una iniciativa como la conformación de los Consejos Comunales y las Comunas sería una derrota ideológica estratégica para el modelo de Democracia Participativa y el Socialismo.

Frente a esta delicada situación es impostergable que el Gobierno Bolivariano, la Alianza Patriótica, los movimientos sociales y sectoriales revolucionarios, y las masas populares en cuestión, se aboquen a elevar de forma sustancial los niveles de movilización, concientización y organización del pueblo venezolano, de las y los trabajadores del campo y la ciudad, las mujeres, la juventud, los intelectuales y artistas.

En esta coyuntura de elecciones regionales y municipales, los candidatos de la Alianza Patriótica deben comprometerse a cumplir con las tareas antes descritas. Los gobernadores y alcaldes revolucionarios están obligados a facilitar la construcción del Poder Popular, deben promover no imponer a su medida, la organización de las Consejos Comunales y las Comunas. La Gobernación y la Alcaldía deben ser espacios donde manden los Consejos del Poder Popular (comunales, de trabajadores y trabajadoras, juveniles-estudiantiles, campesinos, etc.).

Debemos erradicar el vicio clientelar, el despilfarro de recursos, la ausencia de perspectiva de las necesidades más apremiantes, la corrupción, el nepotismo, el despotismo, la división por intereses mezquinos, el latrocinio.

La vigilancia y disciplina revolucionaria, la contraloría social, la conciencia de clase deben acerarse, robustecerse para hacer más invulnerable a nuestro Proceso Bolivariano.

No perdamos lo que nos ha costado tanto sacrificio, seamos serios y honestos.