domingo, 4 de octubre de 2015

EN DEFENSA Y CONQUISTAS DE SUS DERECHOS Estudiantes carabobeños se organizan

Prensa Soy Comunista/Valencia 04 de Octubre del 2015. Hoy se constituyó oficialmente la plataforma estudiantil del estado Carabobo, espacio de articulación de estudiantes de diversas casas de estudio, en dicho encuentro realizado en la sede regional del MIC. Se encontraron dirigentes estudiantiles de la Medicina Integral Comunitaria, Misión Sucre, Universidad de Carabobo, Instituto Universitario Tecnológico de Valencia y la Organización Bolivariana de Estudiantes de la educación media. Este espacio está concebido para constituir una fuerza estudiantil en el estado que les permita desarrollar una agenda de lucha común de los estudiantes del estado para garantizar el derecho constitucional a una educación gratuita y de calidad. Por ello, dentro de la agenda se propuso desarrollar propuestas para solventar la problemática del pasaje estudiantil en el estado, conquistar residencias estudiantiles, así como impulsar una nueva ley de educación universitaria que permita avanzar en la transformación universitaria para la construcción de un sistema educativo que forme los cuadros profesionales y técnicos, desarrolle investigaciones y produzca la ciencia y tecnología necesaria para solventar los problemas de nuestro pueblo. Así mismo esta plataforma participara en el impulsó de la Federación de estudiantes Universitarios de Venezuela y garantizara sea un espacio de participación democrática y construcción colectiva que permita que dicho instrumento tenga la legitimidad necesaria para movilizar a los estudiantes venezolanos para la defensa de sus conquistas logradas en el marco del proceso bolivariano y para profundizar el mismo.

OPINION: China y la crisis capitalista

OPINIÓN/ Santos Moreno, especial para Soy Comunista. El primer problema que surge al tratar de analizar la realidad económica de cualquier nación, es realizar una correcta caracterización de su sistema económico. En el caso específico de China, el conjunto de su economía se rige por las leyes inherentes al modo de producción capitalista: la ley del valor es lo que determina en última instancia el precio de las mercancías, la explotación del trabajo humano es la fuente de reproducción de capital y la tasa de ganancia tiende en el largo plazo a descender. Por otra parte una progresiva participación de capital privado, buena parte compuesta por Inversión Extranjera Directa (IED) ha permitido que esa nación muestre tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) superiores al 7% en los últimos años que no obstante, son inferiores a las mostradas durante el período previo a 2007. La cuestión está en que siendo una de las grandes locomotoras de la economía mundial, China no está ajena a las consecuencias derivadas de las crisis capitalistas y para disminuir su impacto, se implementan diversas medidas para reimpulsar el proceso de acumulación de capital. A partir de 2008 por ejemplo, luego de la crisis financiera que afectó a Estados Unidos y la Unión Europea, una caída en la actividad económica mundial provocó un descenso en las exportaciones chinas y en consecuencia de la actividad económica de ese país. Para contrarrestar esta tendencia, las autoridades chinas emprendieron un programa de ejecución de obras de infraestructura capaz de emplear a cientos de millones de trabajadores migrantes, utilizando la expansión del gasto y el consumo interno como medida contracíclica. Este tipo de políticas económicas (keynesianas), no pueden permanentemente evitar un descenso en el crecimiento del PIB, y la desaceleración económica golpea nuevamente las puertas de la gran muralla, amenazando también la capacidad del gigante asiático de seguir conteniendo una crisis económica de escala global. El pasado mes de junio los índices bursátiles de Shanghai y Shenzhen sufrieron una caída de 35% (la mayor desde 2007), en el mes de julio, las autoridades de comercio exterior de China reportaron una disminución de las exportaciones de 8,3% en comparación con ese mismo mes en 2014 y recientemente, se han producido sucesivas devaluaciones del yuan que lo han en 4,6% respecto al dólar, aunque no se descarta que la caída en su cotización alcance el 10%, pese a los señalamientos en contrario por parte del Banco Central de China. Todo lo anterior, no solo acaba con cualquier duda existente sobre el carácter capitalista de esa nación, sino que además pone en evidencia que el proceso de acumulación de capital en China poco a poco se acerca a sus límites. Una economía cuyo crecimiento se fundamenta en la expansión de su mercado externo, irremediablemente enfrentará trabas en cuanto la actividad económica internacional y por ende la demanda de mercancías en el mercado mundial disminuya. Aunado a eso, el impulso de la IED se detiene por efecto de la sobreacumulación, es decir, los capitales externos ya no encuentran sectores en los cuales reproducirse (caída de la tasa de ganancia). Ante eso situación, la decisión de depreciar el yuan para recuperar la competitividad de las exportaciones no es más que una forma de abaratar las mercancías producidas en ese país, especialmente la mercancía que ha sido el verdadero motor de su crecimiento económico: la fuerza de trabajo. Efectivamente, siendo el país más poblado del mundo, China cuenta con una inmensa masa de fuerza de trabajo barata y disciplinada. Al depreciar su moneda, se deprecian también los salarios en ese país, abaratándolos en comparación con los del resto del mundo, lo cual incide en los precios de las mercancías. Este abaratamiento es lo que puede hacer crecer de nuevo las exportaciones y recuperar el ritmo de crecimiento, la tasa de ganancia tendrá una recuperación coyuntural y los capitales extranjeros regresarán. Y todo ello a costa de la explotación de cientos de millones de trabajadores chinos.

OPINIÓN: ¿Y dónde está el alcalde?

OPINIÓN/Santos Moreno, especial para Soy Comunista. Parece el título de una película de los años ´80, esas de Leslie Nielsen como “¿Y dónde está el piloto?” o “¿Y dónde está el policía 33 y1/3?” en las cuales se hacía parodia de diversos géneros cinematográficos como el cine catástrofe y las películas policiacas,cuyos guiones contenían gran cantidad de situaciones disparatadas. Una mezcla muy bien dosificada de humor escatológico, absurdo y políticamente incorrecto. Ese tipo de humor que tanto gusta a quienes presenciamosla tragicomedia en esa cotidianidad que la mayoría acepta de manera alegre. Esa misma cotidianidad que ha acostumbrado a quienes residimos en el área metropolitana de Valencia a vivir en una cuidad inhóspita, inhumana, insoportable. Desde los días del infame alcalde Parra, -el nefasto, como le decíamos cariñosamente- Valencia ha experimentado proceso de deterioro que parece no tener freno. Basura, caos vial, el peor sistema de transporte superficial del país, comercio informal desenfrenado, calles en estado catastrófico y abandono de los espacios públicos han sido la norma en una ciudad donde parece que gobierna el lumpenaje mas detestable. Con la llegada a la primera magistratura municipal de Michelle Cochiola, las cosas no parecen mejorar, incluso el problema de la basura llegó a un nivel insospechado. Basta caminar entre la avenida Lara y la avenida Cedeño transitando a lo largo del Boulevard Constitución, para darse cuenta de la anarquía y suciedad imperante en las calles valencianas. Ni hablar del sur de la ciudad, esa zona condenada a la desidia. ¿Dónde está el alcalde?, es lo que uno se pregunta en medio de tanto desgobierno, pero eso además conlleva a hacer otras preguntas no menos incomodas: ¿Por qué la mayoría de los valencianos eligieron a un personaje que carece de la más mínima cualidad para la gestión pública?, ¿Acaso el hecho de que un señor que sea exitoso como comerciante necesariamente lo convierte en un buen gobernante?, ¿Es esto el resultado del analfabetismo político que lleva a los ciudadanos a votar por los menos idóneos de un bando político,solo para evitar que el del otro bando gane la elección?. Alguien dirá que la democracia implica el riesgo de elegir a la persona equivocada y efectivamente así es. Pero hay otro asunto, y es el relacionado con todas esas tinieblas que rodean a quienes asumen alguna investidura, desde el presidente de un país hasta el alcalde de un recóndito poblado. En el caso de nuestra ciudad y su alcalde, (que es mi alcalde también, así yo no lo haya votado) su ausencia plenamente justificada por cuestiones de salud, trae a discusión la idoneidad de que una persona con algún tipo de impedimento derivado de su estado de salud ejerza una función pública de elección popular. Lo mejor para la ciudad es que su alcalde goce de buena salud, pero no solo eso, sino que además ejerza su función con la eficiencia que la ciudadanía demanda. En la película “¿Y dónde está el piloto?”, una de las escenas más hilarantes es aquella donde aparece un muñeco inflable con uniforme de piloto haciendo las veces del capitán de la aeronave. Esperemos que con el alcalde de Valencia no suceda lo mismo, pues lo que resulta cómico cuando se trata de una película, se convierte en pesadilla cotidiana para los habitantes de una ciudad que parece estar fuera de control.