martes, 19 de marzo de 2013

Posible variante de la política cambiaria: La subasta de divisas

Recientemente, el Presidente encargado Nicolás Maduro, ha anunciado la creación de un mecanismo compensatorio para la asignación de divisas, el cual vendría a atender la demanda no cubierta mediante la asignación realizada por Cadivi. Según Maduro, se trata de un sistema "complementario (y) absolutamente distinto que permita acompañar el Cadivi que existe (…) y permita poner en el mercado las necesidades reales, regulado por el Estado, a las divisas", de igual forma manifestó que dicho mecanismo atenderá la demanda de divisas de los distintos agente económicos, incluyendo a personas naturales. A esto se agrega lo señalado por el ministro de Petróleo y Minería y presidente de PDVSA, Rafael Ramírez en cuanto a que “se trabaja para establecer ese nuevo marcador para el dólar , el cual se anunciará en los próximos días junto a nuevas medidas económicas,” con la finalidad de “optimizar el uso de las divisas y bajar la presión y ataque en contra del bolívar”. Posible variante de la política cambiaria: La subasta de divisas Juan C. Villegas P. CIFO-ALEM Recientemente, el Presidente encargado Nicolás Maduro, ha anunciado la creación de un mecanismo compensatorio para la asignación de divisas, el cual vendría a atender la demanda no cubierta mediante la asignación realizada por Cadivi. Según Maduro, se trata de un sistema "complementario (y) absolutamente distinto que permita acompañar el Cadivi que existe (…) y permita poner en el mercado las necesidades reales, regulado por el Estado, a las divisas", de igual forma manifestó que dicho mecanismo atenderá la demanda de divisas de los distintos agente económicos, incluyendo a personas naturales. A esto se agrega lo señalado por el ministro de Petróleo y Minería y presidente de PDVSA, Rafael Ramírez en cuanto a que “se trabaja para establecer ese nuevo marcador para el dólar , el cual se anunciará en los próximos días junto a nuevas medidas económicas,” con la finalidad de “optimizar el uso de las divisas y bajar la presión y ataque en contra del bolívar”. Lo anterior revela que la devaluación implementada en el mes de febrero, resulta una medida insuficiente para atender la voracidad del mercado de divisas y frenar la especulación existente en el mercado paralelo, con lo cual, se hace necesaria la implementación de medidas complementarias. Todo apunta a que a través del BCV, se realicen subastas de divisas por medio de las cuales distintos agentes económicos podrán acceder a los dólares por una vía más expedita que la establecida por Cadivi. Dichas subastas vendrían a sustituir al mercado paralelo de divisas, buscando frenar la especulación generada en dicho mercado. A pesar de que se anuncia un sistema “absolutamente distinto”, y por tanto no se conoce hasta el momento si se implementará el sistema de subasta de dólares, dicho sistema tiene un antecedente inmediato en cuanto a su aplicación en Venezuela en el año 2.002, año en el cual se abandonó el sistema de bandas cambiarias para ser sustituido por un sistema de libre flotación. Guerra y Pineda (2004) realizan un recuento de dicha experiencia: “El sistema de flotación cambiaria que comenzó el 13 de febrero de 2002 se instrumentó a través de subastas competitivas de divisas, con montos fijos y sobre cerrado de primer precio, conforme el cual las divisas se asignan a quienes más las valoren, es decir, quienes oferten un precio más elevado (…) La instrumentación del esquema se hizo mediante tres subastas diarias con el objeto de acotar las oscilaciones de los precios y darle mayor fluidez al mercado. Similarmente, ello permitía obtener más información del mercado en tres instantes del día. El instituto emisor convocaba la subasta anunciando el monto a ser subastado diariamente y los operadores cambiarios podían hacer hasta tres posturas de compra con indicación de los montos y los respectivos tipos de cambios” La adopción de dicho sistema permitió una relativa estabilidad del tipo de cambio, esto a pesar del clima de inestabilidad política que caracterizó al año 2002, en ese sentido, el grafico 1 da cuenta de la estabilización del tipo de cambio durante el periodo referido. Sin embargo, el paro sabotaje de la industria petrolera al final del mencionado año, hizo insostenible el sistema de asignación por subastas, lo que obligó a la adopción del control de cambios a partir de 2003. Grafico 1: Comportamiento del tipo de cambio y su volatibilidad en 2002. Tomado de Guerra y Pineda (2004) Conocida esta experiencia, en primer lugar hay que considerar que la adopción de dicho sistema se realizó en ausencia de control de cambios, lo cual establece una diferencia con respecto a la situación planteada en la actualidad. Si en definitiva se adopta un sistema de subastas para complementar las asignaciones realizadas a través de Cadivi, se estaría en presencia de un tipo de cambio dual: el existente a una paridad de 6,30 Bs./US$ y el resultante de las subastas que eventualmente se realicen. Esto puede reducir de manera significativa el valor de cotización en el mercado paralelo, el cual es intencionadamente inflado por los especuladores cambiarios. Al final, el objetivo sería no solo legalizar el mercado paralelo sino que dicho mercado sea dominado por el estado. Adicionalmente, la experiencia indica que la subasta debe estar regulada por normas que impidan que los agentes con mayor poder de compra concentren la oferta de divisas para fines especulativos. Con lo cual se haría necesario el establecimiento de límites a las cantidades adquiridas por medio de subastas tal como se realizó en el 2.002 . Otro mecanismo pudiera ser el establecimiento de precios diferenciados en función de la finalidad con la cual se adquieren las divisas, de allí que aquellos agentes económicos que por ejemplo deseen adquirir divisas para la importación de bienes suntuarios deberán adquirirlas a un precio mayor que los importadores de bienes básicos o insumos para la producción. Finalmente un criterio de asignación por medio de subastas con precios diferenciados, puede ser las cantidades demandadas por cada agente económico, esto en razón de controlar la llamada “insaciabilidad” de dólares. En ese sentido, pueden establecerse precios mínimos de subasta en función de los volúmenes requeridos, con lo que aquellos agentes que deseen adquirir mayores cantidades, deberán hacerlo a un tipo de cambio mayor, lo cual beneficiaría a quienes demanden cantidades más pequeñas y ayudaría a desestimular la compra de dólares por encima de los requerimientos reales. En todo caso, el establecimiento de normas para la eventual realización de subastas, requiere a su vez de mecanismos efectivos para el seguimiento y control sobre el uso de los dólares que se adquieran mediante este mecanismo. De igual forma, se pueden establecer restricciones adicionales para la adquisición de divisas a través de Cadivi, con lo cual solo se asignarían dólares a 6,30 bolívares para la adquisición de bienes básicos (alimentos, medicinas, entre otros) y para las importaciones que no constituyan una prioridad en relación a la satisfacción de necesidades básicas, deberán hacerlo exclusivamente por el sistemas de subastas. El resultado esperado de la eventual adopción del sistema de subastas es la fijación de un tipo de cambio mucho menor al observado en el mercado paralelo, además de agilizar la adquisición de divisas por parte de las empresas que realmente las necesitan para la continuidad de sus operaciones. De igual forma, la medida a aplicarse puede constituir un paso previo al abandono del control de cambio, lo cual es un elemento que ya los especuladores cambiarios han tomado en cuenta para lanzarse como jauría sobre la eventual subasta, lo cual refuerza la necesidad de aplicar normas y controles estrictos. Para concluir, se debe llamar de nuevo la atención sobre la inefectividad en el largo plazo de cualquier política cambiaria, si no se adoptan medidas para una verdadera industrialización del país, disminuyendo la dependencia con respecto al sector externo y por ende, con relación a la moneda norteamericana. De igual modo, es necesaria la adopción de una política dirigida al control por parte del estado, de las importaciones que llegan al país, pues la experiencia demuestra que a pesar de que en algunos periodos se haya logrado estabilizar el tipo de cambio, esto para nada impide que la burguesía importadora se beneficie con la comercialización especulativa de bienes importados dentro del país. Al margen de las políticas que finalmente se adopten en materia cambiaria, necesario es avanzar hacia la nacionalización plena del comercio exterior y el establecimiento de una Central Estatal Única de Importaciones (CEUI) cuya implementación puede ser gradual, reservando en principio la exclusividad de estado venezolano en la importación y comercialización interna (a nivel de importador-mayorista) de bienes de primera necesidad como lo es el caso de los alimentos y medicinas. Todo ello acompañado de una política integral de industrialización.