viernes, 15 de febrero de 2008

DERROTEMOS CON FIRMEZA EL CERCO IMPERIALISTA


Por Luis R Delgado J

Es sumamente preocupante la ofensiva internacional que desde diversos frentes está implementado el imperialismo contra el Proceso Bolivariano.

Las fuerzas reaccionarias mundiales al ver la debilidad coyuntural en la cual a caído la revolución en Venezuela después de la derrota del referéndum por la Reforma Constitucional, han aprovechado esta circunstancia para arreciar los ataques por diversos flancos, económicos, políticos, judiciales, etc.

Una serie de elementos conflictivos preparados desde el 2007, hoy están reventando con fuerza buscando desestabilizar la situación política venezolana. El principal escenario conflictivo al cual se ha tenido que enfrentar el Proceso Bolivariano en los últimos tiempos es la agresión por diversas vías que el imperialismo ha impulsado desde Colombia.

Agresiones que pasan por la introducción masiva de paramilitares en los últimos años que ya están operando en diversas partes del país, fundamentalmente en la frontera, propiciando el narcotráfico, el contrabando (combustible, alimentos, ropa, etc.), el secuestro, el asesinato por sicariato de dirigentes campesinos y políticos de base, hay que resaltar que en estas acciones también actúa el hampa organizada, pagada por grupos oligárquicos venezolanos y colombianos.

Por otro lado el Gobierno Colombiano, se ha prestado directamente para agredir el proceso de cambios que vive Venezuela, bien sea por medios de ataques de la diplomacia, bombardeando los diferentes mecanismos de integración de los pueblos suramericanos (el caso del boicot a UNASUR es ejemplar), vinculando a personalidades políticas venezolanas incluyendo al Presidente Chávez con el narcotráfico y la guerrilla, e incluso con amenazas ciertas de una intervención militar, recordemos que unas de las vías de invasión del Plan Balboa diseñado por la OTAN es precisamente la frontera colombiana y no olvidemos que el Plan Colombia entre otras cosas fue diseñado para el control imperial de la región norte suramericana.

Otra forma de saboteo velada que ha aplicado la oligarquía colombiana contra Venezuela, ha sido por un lado propiciar el contrabando de productos venezolanos hacia Colombia fundamentalmente alimentos y combustible, y por otro lado ir cortando las exportaciones de sus productos alimentarios hacia Venezuela para contribuir con la situación de desabastecimiento alimentario que tanto daño a hecho a la gestión gubernamental venezolana. Ellos están concientes de la debilidad de nuestra Soberanía Alimentaria y la explotan políticamente para ayudar a sus aliados de clase (la oligarquía local) en nuestro país.

En otro orden de ideas, también destaca el juicio de los venezolanos en Estados Unidos vinculado al caso de Antonini Wilson. Ya hoy para los venezolanos está claro que se trata de un montaje judicial del imperialismo contra nuestro gobierno, sin embargo el engaño a nivel internacional ha calado, y forma parte de ese expediente negativo que la Casa Blanca está preparando para justificar una agresión contra nuestro país, no debemos olvidar que el imperialismo antes de atacar militarmente, desarrolla toda una estrategia comunicacional para preparar a la opinión pública (opinión pública que luego festeja los bombardeos contra sus “amenazas” ficticias) frente a cualquier agresión armada que esté a punto de impulsar.

Sumándole a lo anterior, encontramos los actuales procesos judiciales que está impulsando Exxon Móvil a nivel internacional contra PDVSA y el gobierno venezolano, para buscar una escandalosa indemnización por su salida de los negocios en la Faja Petrolífera del Orinoco. Este intervencionismo de esta transnacional petrolera habitual en su historia llena de un expediente sangriento, es parte de toda una estrategia imperial que quiere poner sus manos en la reserva de hidrocarburos más grande del planeta. No se puede obviar el hecho que la negativa a indemnizar a esta empresa monopólica puede ser un pretexto para una intervención militar norteamericana directa, debido a que Exxon Móvil es una de las transnacionales con más influencia dentro del gobierno de Bush, financista sin lugar a dudas de la guerra en Irak.

Finalmente ya es bien conocido el hecho de que el Imperialismo financia a todos los niveles a la oposición venezolana. Medios de comunicación, partidos políticos, la iglesia, movimientos de la “sociedad civil” son financiados desde hace años con millones de dólares provenientes desde diversos centros del Poder Mundial (EEUU, Europa, el Vaticano, etc.) para derrocar la Revolución Bolivariana.

Frente a todo lo anterior debe consolidarse la más amplia Unidad Antiimperialista, esta debe ser nacional, continental y mundial para combatir al enemigo común del planeta y de los pueblos en todos los terrenos.

Hoy no podemos ser mezquinos frente a esta grave amenaza, debemos colocar nuestros intereses parciales a segundo plano, porque lo que está en juego es la permanencia del Proceso de cambios que vive Latinoamérica y en especial Venezuela. Si cae Venezuela, es probable que caiga Bolivia y Ecuador, y el cerco a Cuba se profundizaría.

Debemos tomar en serio la situación internacional, no es poca cosa, debemos ser concientes de los peligros para actuar con mucha decisión y energía. Nuestra atomización y división es nuestra principal debilidad, nuestras luchas intestinas dejan el campo abierto a la agresión foránea e interna. No hipotequemos la revolución por una gobernación o una alcaldía, ya que sin Proceso Bolivariano estas no valen nada.

En este sentido es imprescindible la conformación del Polo Patriótico con los Partidos y Movimientos Sociales progresistas y revolucionarios, este debe trascender a la simple alianza electoral. Es menester la creación de la dirección colectiva de la Revolución que acompañe al Liderazgo de Chávez en la conducción del proceso de cambios que vive nuestro país.

Derrotemos al sectarismo, las divisiones necias, identifiquemos que la contradicción principal es con el Imperialismo (fundamentalmente norteamericano) para unirnos compactamente y derrotarlo.

El movimiento popular clasista (los trabajadores del campo y la ciudad, los intelectuales y militares patriotas, los pueblos originarios etc.) debe colocarse al frente de esta tarea, porque la burguesía local aunque apoye tácticamente al Proceso es vacilante y teme perderlo todo.

Y finalmente, apoyemos con firmeza el liderazgo de Hugo Chávez, las críticas entre los revolucionarios deben ser fraternales y sobre todo constructivas.

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