lunes, 2 de junio de 2008

HONOR Y GLORIA A LOS MARTIRES DEL PORTEÑAZO




Desde sus inicios, los crímenes y traiciones del gobierno de Betancourt fueron combatidos por las mujeres y hombres del partido comunista quienes junto al pueblo trabajador, no vacilaron en combatir por todos los medios posibles la entrega al imperio Yanqui que hizo el pacto de Punto Fijo de las conquistas del 23 de enero. Las brisas de esa mañana de Puerto Cabello, anunciaban el despertar de una de las más grandes acciones revolucionarias de la historia de Venezuela, en donde la sangre de valientes jóvenes venezolanos civiles y militares se regaría por la tierra venezolana. Desde sus inicios, los crímenes y traiciones del gobierno de Betancourt fueron combatidos por las mujeres y hombres del partido comunista quienes junto al pueblo trabajador, no vacilaron en combatir por todos los medios posibles la entrega al imperio Yanqui que hizo el pacto de Punto Fijo de las conquistas del 23 de enero. Las brisas de esa mañana de Puerto Cabello, anunciaban el despertar de una de las más grandes acciones revolucionarias de la historia de Venezuela, en donde la sangre de valientes jóvenes venezolanos civiles y militares se regaría por la tierra venezolana. Era el sábado 2 de junio de 1962, a las 5:00 a.m. comienza la acción, los oficiales rebeldes sublevan al batallón de infantería de marina “Rafael Urdaneta” nro 2, detienen a aquellos oficiales afectos al gobierno asesino de Rómulo Betancourt, a las 7:00 toman el aeropuerto y gran parte de la ciudad, liberan a 50 guerrilleros detenidos en el castillo Libertador incorporándose estos a la rebelión, esta acción desde su inicio cuenta con el respaldo de la población de Puerto Cabello, es de destacar que jóvenes y estudiantes se suman valientemente a la acción revolucionaria; a ultima hora el destacamento 55 de la Guardia Nacional que estaba comprometido con la rebelión se “arrepiente” y no se suma al movimiento, perdiendo así las fuerzas revolucionarias una importante posición estratégica en la defensa de la ciudad. Ya las 11 de la mañana las fuerzas betancouristas comienzan la ofensiva contra el Puerto Cabello revolucionario, los batallones Carabobo Nro 41, Piar, Simón Bolívar y el grupo de artillería Salón son enviados a cercar y reducir la rebelión. La patrullera leal al gobierno ARV Mejillón ataca a los revolucionarios hasta que alcanzada por la artillería rebelde es obligada a rendirse, en esos mismos instantes las fuerzas betancouristas intentan asaltar por tierra la ciudad siendo rechazados por las fuerzas revolucionarias; a su vez los buques leales al gobierno machacan las posiciones rebeldes con sus cañones. Desde radio Puerto Cabello los revolucionarios lanzan sus proclamas llamando a las masas populares al combate; es de resaltar que al instaurar la censura muchas radios del país ponen repetidamente la canción “Puerto Cabello” burlando la censura adeca, en singular muestra de solidaridad con los militares revolucionarios, horas después la aviación destruiría las antenas de la radio silenciando la rebelión. Ya en horas de la tarde el batallón Carabobo penetra en Puerto Cabello hasta la estación de bomberos; en el barrio de San Millán se combate hasta la noche, en el Liceo Miguel Peña los muchachos de la Juventud Comunista junto a los infantes de marina se atrincheran en la institución y rechazan los asaltos de los blindados de las fuerzas del gobierno; en el Fortín Solano, los paracaidista del gobierno se estrellan ante la fiera defensa de las fuerzas revolucionarias. El domingo 3 de junio el destructor Zulia se suma al movimiento revolucionario, siendo el primer barco de la breve marina revolucionara venezolana, esta embarcación con sus cañones obliga a los buques leales al gobierno a suspender momentáneamente el bombardeo a las posiciones rebeldes. Ya con las primeras luces del día la fuerza aérea ataca las posiciones de los sublevados, mientras los tanques gubernamentales del batallón blindado Bravos de Apure atacan por el este y el oeste la ciudad, en esta acción es cuando las fuerzas revolucionarias le propinan el mayor golpe a las fuerzas betancouristas, pues los tanques que avanzan por la ciudad son emboscados, por los revolucionaros, en la celebre esquina de La Alcantarilla, aniquilando a la infantería que los acompaña. Las fuerzas del gobierno aumentan la ofensiva y con sus tanques destruyen el Liceo Miguel Peña que era valientemente defendido por la JCV junto a los militares patriotas, poco a poco se estrecha el cerco, se bombardea y destruye el Hospital de Puerto Cabello por expresa orden del Ministro del Interior Carlos Andrés Pérez, asesinando e hiriendo a civiles inocentes. Ya en los momentos finales del domingo 3 de junio son detenidos el Capitán de Fragata Pedro Medina Silva, el Capitán de Navío Manuel Ponte Rodríguez (quien fuera vilmente dejado morir en prisión) y el Capitán de Corbeta Víctor Hugo Morales, quienes dirigían la rebelión. Ya el lunes 4 de junio los últimos disparos del Puerto Cabello revolucionario retumban para la historia. Se estima en más de 300 los caídos en esta gesta revolucionaria, convirtiéndose en una de las batallas más sangrientas de la historia venezolana. La actitud valiente de esos militares patriotas que se opusieron desde el principio a los crímenes de la falsa democracia del pacto de Punto Fijo es un hecho que la historia debe reivindicar, el respaldo del pueblo de Puerto Cabello a la rebelión militar, el sacrificio de los jóvenes comunistas y los militantes del PCV que con armas en manos combatieron codo a codo con los militares revolucionarios en Puerto Cabello es parte de nuestro glorioso pasado, así como ejemplo y estimulo para redoblar el trabajo en la Revolución Bolivariana. Gloria eterna a los combatientes y mártires de Puerto Cabello.

Wladimir Abreu.

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