viernes, 24 de octubre de 2014

ACUMULACIÓN REVOLUCIONARIA DE FUERZA OBRERO-POPULAR (I)



Por: Edgar Meléndez. (*)

Cortesia de Tribuna Popular TP
Una de las cuestiones fundamentales en el arte de la política, especialmente para los marxistas-leninistas, es la cuestión de la correlación de fuerzas.
Ya sabemos que en una sociedad determinada las ideas no triunfan sólo por su pertinencia histórica, ni por su calidad humanista, ni por su justeza moral, ni por la profundidad de la argumentación que las sustente y ni siquiera por la validez científica que las acompañe, aunque todo lo anterior en conjunto es condición infaltable en las ideas revolucionarias.
Para que éstas triunfen hace falta algo más: que las clases que expresan las “ideas” logren convertirse en clase hegemónica, es decir, clase en el Poder. Y ninguna clase social se impone sin que –aprovechando las condiciones objetivas del desarrollo histórico– logre una correlación de fuerzas favorable a sus planteamientos (no nos referimos a una “mayoría electoral”).
De allí la pertinencia de la dialéctica como la base filosófica fundamental para asumir todas las vertientes de lucha de clases, entre ellas la lucha política que es lucha concreta por el Poder, y la dialéctica nos enseña el conocido binomio “razón-fuerza”, que algunos voluntaristas “preñados de buenas intenciones” ignoran y se estrellan contra la realidad.
Ya Marx nos advertía que las ideas dominantes son las ideas de la clase dominante y en ese sentido tampoco fue poco lo que Lenin nos legó, en teoría y práctica, para lograr la hegemonía de la clase obrera y su ascensión al Poder, única garantía para que sus “ideas” sean las ideas dominantes en la sociedad.
En este sentido el PCV, en el marco de su estrategia socialista, ha definido en su Línea Política, del 14º Congreso Nacional, la necesidad de un cambio profundo en la correlación de fuerzas de la sociedad venezolana en general y del proceso bolivariano en particular, para alcanzar una nueva y favorable correlación de fuerzas al planteamiento socialista como transición a la sociedad sin clases: el comunismo.
Lo anterior se expresa en lo concreto como una correlación de fuerzasque enfrente no sólo las expresiones capitalistas abiertas y sus operadores políticos agrupados en la variopinta derecha pro-imperialista venezolana; sino, especialmente, una correlación de fuerzas auténticamente revolucionaria que derrote las tendencias y expresiones de la pequeña-burguesía y sus expresiones ideológicas como el reformismo y el utopismo dentro del propio proceso bolivariano.
Este es el papel y la tarea histórica que le corresponde a esa instancia que denominamos bloque obrero-popular revolucionario, como instancia orgánica concreta de encuentro y articulación de las fuerzas y factores conscientes de la necesidad del Socialismo como única alternativa objetiva al capitalismo.
Este Bloque, que ya definimos en una serie de artículos anteriores, forma parte de la táctica para el cambio en la correlación de fuerzas en la actualidad venezolana, que preserve y profundice la línea antiimperialista del proceso bolivariano enrumbándolo hacía la posibilidad concreta de la construcción del Socialismo, que, como ya sabemos, es una utopía sin que la clase obrera y las capas aliadas a ella se tornen clase en el Poder.
A estas alturas ningún revolucionario honesto y que estudie la teoría revolucionaria, puede caer en la estafa histórica de que aquí –alegando unas especificidades “a la venezolana”– los sectores de la pequeña-burguesía que acompañan al proceso “le harán la tarea” a la clase obrera construyéndoles el Socialismo.
(*) Miembro del CC y Secretario Obrero-Sindical del PCV en Bolívar

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