domingo, 4 de octubre de 2015

OPINIÓN: ¿Y dónde está el alcalde?

OPINIÓN/Santos Moreno, especial para Soy Comunista. Parece el título de una película de los años ´80, esas de Leslie Nielsen como “¿Y dónde está el piloto?” o “¿Y dónde está el policía 33 y1/3?” en las cuales se hacía parodia de diversos géneros cinematográficos como el cine catástrofe y las películas policiacas,cuyos guiones contenían gran cantidad de situaciones disparatadas. Una mezcla muy bien dosificada de humor escatológico, absurdo y políticamente incorrecto. Ese tipo de humor que tanto gusta a quienes presenciamosla tragicomedia en esa cotidianidad que la mayoría acepta de manera alegre. Esa misma cotidianidad que ha acostumbrado a quienes residimos en el área metropolitana de Valencia a vivir en una cuidad inhóspita, inhumana, insoportable. Desde los días del infame alcalde Parra, -el nefasto, como le decíamos cariñosamente- Valencia ha experimentado proceso de deterioro que parece no tener freno. Basura, caos vial, el peor sistema de transporte superficial del país, comercio informal desenfrenado, calles en estado catastrófico y abandono de los espacios públicos han sido la norma en una ciudad donde parece que gobierna el lumpenaje mas detestable. Con la llegada a la primera magistratura municipal de Michelle Cochiola, las cosas no parecen mejorar, incluso el problema de la basura llegó a un nivel insospechado. Basta caminar entre la avenida Lara y la avenida Cedeño transitando a lo largo del Boulevard Constitución, para darse cuenta de la anarquía y suciedad imperante en las calles valencianas. Ni hablar del sur de la ciudad, esa zona condenada a la desidia. ¿Dónde está el alcalde?, es lo que uno se pregunta en medio de tanto desgobierno, pero eso además conlleva a hacer otras preguntas no menos incomodas: ¿Por qué la mayoría de los valencianos eligieron a un personaje que carece de la más mínima cualidad para la gestión pública?, ¿Acaso el hecho de que un señor que sea exitoso como comerciante necesariamente lo convierte en un buen gobernante?, ¿Es esto el resultado del analfabetismo político que lleva a los ciudadanos a votar por los menos idóneos de un bando político,solo para evitar que el del otro bando gane la elección?. Alguien dirá que la democracia implica el riesgo de elegir a la persona equivocada y efectivamente así es. Pero hay otro asunto, y es el relacionado con todas esas tinieblas que rodean a quienes asumen alguna investidura, desde el presidente de un país hasta el alcalde de un recóndito poblado. En el caso de nuestra ciudad y su alcalde, (que es mi alcalde también, así yo no lo haya votado) su ausencia plenamente justificada por cuestiones de salud, trae a discusión la idoneidad de que una persona con algún tipo de impedimento derivado de su estado de salud ejerza una función pública de elección popular. Lo mejor para la ciudad es que su alcalde goce de buena salud, pero no solo eso, sino que además ejerza su función con la eficiencia que la ciudadanía demanda. En la película “¿Y dónde está el piloto?”, una de las escenas más hilarantes es aquella donde aparece un muñeco inflable con uniforme de piloto haciendo las veces del capitán de la aeronave. Esperemos que con el alcalde de Valencia no suceda lo mismo, pues lo que resulta cómico cuando se trata de una película, se convierte en pesadilla cotidiana para los habitantes de una ciudad que parece estar fuera de control.

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