miércoles, 24 de diciembre de 2014

PEDRO ORTEGA DÍAZ: 100 AÑOS DE UN PARADIGMA

Caracas, 19 dic. 2014, Tribuna Popular TP.- Las más diversas actividades han colmado las conmemoraciones por el Centenario del nacimiento de uno de los más simbólicos y representativos ejemplos de militancia comunista, Pedro Ortega Díaz. Nacido el 18 de diciembre de 1914, en el estado Sucre, abogado laboralista, ingresó en 1937en el PCV, organización en la que militó ininterrumpidamente hasta su último aliento el 3 de febrero de 2006, destacándose en las distintas responsabilidades que se le asignaron y cumpliéndolas con mística y modestia. Los más diversos sectores, organizaciones y personalidades honran a quien, habiendo vivido 91 años, dedicó más de tres cuartas partes de su existencia a la lucha por los derechos de la clase obrera y del pueblo trabajador, a la liberación del pueblo venezolano y al triunfo Revolución Socialista. Entre las actividades desarrolladas, destaca la exposición fotográfica y bibliográfica sobre Pedro Ortega Díaz, instalada en el Teatro Bolívar, de Caracas, del 3 al 5 de diciembre, a cuya inauguración, además de Miembros del Buró Político del PCV, asistieron personalidades como el Magistrado del TSJ, Juan Rafael Perdomo; el Jefe de Gobierno del Distrito Capital, Ernesto Villegas; y, Vladimir Ortega, hijo menor de Pedro Ortega Díaz. El 4 de diciembre, en el Teatro Cantaclaro, se llevó a cabo un Cine-Foro sobre “Las luchas de la clase obrera”, contando con la ponencia central de Pedro Eusse, Secretario Nacional del PCV para el Movimiento Obrero y Sindical, quien resaltó el papel y la vigencia de Pedro Ortega Díaz en los combates por los derechos de las y los trabajadores, reflejados, por ejemplo, en su libro “El derecho de huelga en Venezuela” y sus aportes como co-redactor de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (Lopcymat). Asimismo, el 6 de diciembre, en la Sede Nacional del PCV, se realizó un acto político-cultural, con testimoniales acerca de las diferentes facetas de Pedro Ortega Díaz, a través de sus hijos y diversas personas que compartieron íntimamente con él, como amigo, militante, parlamentario, padre y abuelo. Ese mismo día, su hijo Nelson Ortega, recibió el Premio Constructores de la Paz “Juan Vives Suriá” 2014, otorgado post mortem a Pedro Ortega Díaz, por parte de la Fundación Latinoamericana por los Derechos Humanos y el Desarrollo Social (Fundalatin). El 9 de diciembre, se programó el Foro “Pedro Ortega Díaz y la anfictionía bolivariana”, en la sala Andrés Eloy Blanco, de la Alcaldía del Municipio Libertador, de Caracas, con las ponencias centrales de Lionel Muñoz y Yury Weky. Una de las iniciativas de mayor proyección es la re-edición por laEditorial Trinchera, mediante tres tomos, de aportes teóricos que –en forma de libros, artículos y discursos– legó Pedro Ortega Díaz. Para el Prólogo de este esfuerzo político-editorial, el Secretario General del PCV, Oscar Figuera, elaboró un acucioso y extenso estudio sobre la vida y obra de Pedro Ortega Díaz, magistralmente contextualizado con lo que fueron las principales luchas del pueblo venezolano en el Siglo XX e inicios del XXI, donde el PCV es protagonista de primer orden. En justo homenaje al Centenario del nacimiento de Pedro Ortega Díaz, y como insumo al estudio que toda y todo revolucionario debe hacer para comprender la actualidad del proceso de cambios en Venezuela, reproducimos fragmentos de este Prólogo: SEMBLANZA de PEDRO ORTEGA DÍAZ Un recorrido por la historia de la lucha de clases Hablar del querido camarada, amigo y maestro, Pedro César Ortega Díaz, es rememorar hitos fundamentales de la lucha de la Clase Obrera y el Pueblo Trabajador venezolano de la ciudad y el campo; en buena parte del siglo XX y el primer lustro del siglo XXI. Hablar de Pedro, como todas y todos le llamábamos, es recordar la historia de la segunda etapa de construcción y desarrollo del Partido Comunista de Venezuela (PCV), desde un poco antes de la I Conferencia Nacional del PCV de 1937, hasta el 3 de febrero de 2006. Hablar de Pedro es mirar retrospectivamente la senda recorrida, con una trayectoria de firmeza de principios, honestidad intelectual y consecuencia revolucionaria. […] dedicaremos nuestro esfuerzo a proyectar la figura señera de quien, al decir del eminente intelectual Elio Gómez Grillo: Fue un venezolano que honró a nuestro siglo XX. Dedicó su vida al combate político con absoluta pureza humana. Fue comunista desde muy joven y a ese ideario entregó su existencia. Lo hizo con la íntegra fe del convencido y durante más de setenta años se convirtió en la lección viviente de un humanismo revolucionario que no conoció tregua, ni facilitó concesiones, ni se doblegó ante la represión. Supo del escondite en la concha, de la cárcel, del heroico silencio de cada día de clandestinidad. Y supo de la derrota. ‘Mis derrotas son mis victorias. Detestaría ocupar el lugar de quienes me han vencido’, parecía decir. Y con la grandeza de los humildes fue al parlamento, fue a la Constituyente y dejó caer su palabra serena, su palabra serena y sabia que no entendía de odios bastardos, ni de infamias cobardes, sino de horizontes de justicia para todos los hombres. Consecuente e indeclinable militante comunista […] En 1976, al referirse a Pedro Ortega, el querido camarada Eduardo Gallegos Mancera en el prólogo a El Congreso de Panamá y la Unidad Latinoamericana, en un párrafo hermoso por los vitales afectos y resistencias que rememora, nos dice: Hace ocho lustros exactamente nos tropezamos en una asamblea de la Federación de Estudiantes de Venezuela, la vibrante FEV del año 28 y del año 36, ya en ruta yo, él –más reflexivo siempre– indagando aun senderos. Juntos ingresamos al Partido de la clase obrera, juntos hemos vivido momentos de triunfo y acerbas horas de derrota, sin que nos haya ensoberbecido la victoria, pero sin dejarnos ganar tampoco en ningún instante por el desaliento. Juntos hemos afrontado riesgos de muerte inminente y una variada gama de contingencias adversas, con esa inefable serenidad que nos confiere la convicción de que luchamos por la más noble de las causas. […] La fundación y construcción del PCV se desarrolla en condiciones de gran represión de la dictadura gomecista, tal como lo indica el profesor Luís Cipriano Rodríguez: […] Desde el punto de vista constitucional, la primera iniciativa anticomunista que involucra al Estado venezolano corresponde a la Constitución Nacional sancionada en Caracas el 22 de Mayo de 1928. Hasta entonces el artículo 32, ordinal 6º de dicha Carta Magna, no hacia referencias en ese sentido Dice al final dicho inciso: “Queda también prohibida la propaganda comunista”. A partir de esta prohibición constitucional se califica la actividad comunista de traición a la patria y se sancionaba con veinte años de cárcel, expulsión del país y hasta la muerte a quienes se atrevieran asumir la ideología comunista. […] Es en ese contexto internacional y nacional, en medio de la más feroz represión del régimen gomecista y el resplandeciente faro de esperanzas que significaba la Revolución Bolchevique, en la más total clandestinidad, que se funda en Caracas la primera célula comunista el 5 de marzo de 1931, dando origen a la fecha fundacional del PCV. […] Ese proceso se desarrolló bajo permanentes zarpazos del régimen dictatorial petrolero-feudal de Juan Vicente Gómez (como diría Jerónimo, el guachimán de la transnacionales petroleras en Venezuela), lanzando a la cárcel, a los campos de trabajo forzoso, al confinamiento, a la muerte y al destierro a centenares de patriotas y combatientes por la democracia, incluidas e incluidos numerosos militantes comunistas. Luego de muerto aquel tirano, en diciembre de 1935, se ha dicho que para Venezuela comenzó el siglo XX, y sin embargo en el postgomecismo continuó siendo ilegal y clandestino el PCV. En esa segunda etapa entra en sus filas el camarada Pedro Ortega, (…). Son los años cuando en el PCV se formaron dirigentes salidos de la clase obrera de la calidad de Jesús Faría, Manuel Taborda, Luis Emiro Arrieta, Alonso Ojeda, Cruz Villegas y Martín J. Ramírez. Para 1936, Pedro Ortega, tal como lo recuerda Gallegos Mancera, participa en las luchas estudiantiles dirigidas por la Federación de Estudiantes de Venezuela, incluso ejerce la Presidencia encargada de ese organismo. Cumple responsabilidades en la organización del Congreso de Trabajadores, realizado a finales de 1936, el cual se realizó en apoyo a la gran huelga petrolera del 36. […] Durante todo el periodo posterior a la muerte de Gómez, hasta la realización de la I Conferencia Nacional del PCV [8 de agosto de 1937], en medio del fragor de la lucha contra la represión ejercida por el continuismo gomecista de López Contreras, se desarrolla un intenso debate en el seno de quienes se definían como comunistas. Una corriente liquidacionista, encabezada por Rómulo Betancourt, defendía la dispersión de la militancia comunista en organizaciones policlasistas; y, otro sector, fundamentalmente el organizado en torno a la lucha obrera en el Zulia, propugnaba la estructuración nacional del PCV en una organización marxista-leninista. […] A ese Partido Comunista de Venezuela, fundado bajo un régimen dictatorial represivo y brutal, y aun en medio de esas condiciones, con un legado de valentía, resistencia y firmeza, en lucha contra los liquidadores, es al que se incorpora el camarada Pedro Ortega Díaz. […] Su actividad en el campo laboral […] Revela Jerónimo: Rápidamente se destacó Pedro en el movimiento obrero que recién nacía con acciones como la gran huelga petrolera de diciembre de 1936. En su condición de abogado también recién graduado, él se puso enteramente al servicio de los sindicatos y así continuaría por el resto de su vida. Excelente orador de plaza pública, por su voz y entonación, recuerdo yo que por primera vez le escuché hablar en una manifestación frente a la sala de sesiones del Concejo Municipal, cerca de la caraqueña esquina de Las Monjas, un día de febrero de 1939. […] Como ejemplos demostrativos de su empeño en contribuir, siempre, con lo mejor de sus esfuerzos a la causa del proletariado y al avance de la política del Partido Comunista, Pedro desarrollaba una ilimitada capacidad de iniciativas y exploraba distintas opciones hasta encontrar un intersticio por donde ejercer la acción más favorable. Vive la experiencia del 15 de marzo de 1944, cuando la política sectaria y anticomunista del betancourismo adeco, sabotea el Congreso de Trabajadores de Venezuela. […] Esta denuncia adeca llevó al gabinete de Medina, bajo presión de la derecha, de las empresas petroleras y la embajada estadounidense, a disolver 93 sindicatos y tres centrales sindicales dirigidas por comunistas, de las 150 organizaciones participantes. […] Esta situación generó fuertes críticas al gobierno, por parte del sector sindical y político comunista, presionando la reforma constitucional que promovió Medina, y se concretó en 1945 con la eliminación del inciso 6º e incorporación de otras reformas políticas, creando las condiciones para la legalización del PCV el 9 de octubre de ese año. Pedro Ortega profundiza su labor con los sindicatos rojos, incluidos los petroleros, en sus reclamaciones en el ministerio y en sus movilizaciones, mientras continúa avanzando en su formación ideológica y política, así como en la construcción de Partido, siendo designado Secretario Político del Comité Regional de Caracas […] en 1945. Logra el primer Hábeas Corpus de Venezuela, defendiendo a la clase obrera petrolera, en tiempos del trienio betancourista. […] Es el caso, que los trabajadores petroleros al servicio de la empresa Socony Vacuum, del poderosísimo grupo Mobil Oil, que operaba en El Tigre, estado Anzoátegui, exigen mejoras en las condiciones de trabajo, las cuales, al no ser aceptadas, obligaron a declarar la huelga general, siendo calificada de ilegal por el inspector del trabajo del estado, ordenando, a la vez, la detención de los huelguistas. La huelga estaba bajo la dirección del dirigente comunista nacional Manuel Taborda, siendo uno de los primeros detenidos, al igual que la junta directiva sindical y el jefe de reclamos. Descabezada la dirección de la huelga, lo más probable es que fuese derrotada la lucha. Es en estas circunstancias que Pedro Ortega se traslada al estado Anzoátegui y logra, mediante el Hábeas Corpus, la libertad de Manuel Taborda, aguerrido dirigente comunista en el movimiento obrero-sindical petrolero, cuya reincorporación a la lucha logró sostener la combatividad de los huelguistas y no pasarán más de cuatro días en que se firme un convenio que permite concluir el conflicto y el cautiverio de los detenidos. […] La lucha consecuente en defensa del pleno ejercicio del Derecho de Huelga, fue otra de las áreas de particular atención a la que dedicó esfuerzos sustantivos, incluidas investigaciones y publicaciones (El Derecho de Huelga en Venezuela), el camarada Pedro Ortega. Recordamos que, en su condición de Secretario Sindical Nacional del Comité Central del PCV, encabezó una iniciativa de nulidad de los Artículos del Reglamento de la Ley del Trabajo, promulgado por el Presidente Rafael Caldera, el 31 de diciembre de 1973 (Decreto vigente desde el 1º de febrero de 1974), que cercenaban el libre ejercicio del Derecho a Huelga, al dejar en manos del funcionario del trabajo la decisión discrecional de si, las y los trabajadores, ejercían o no el Derecho a la Huelga […] Aquí también se anota nuevas victorias la Clase Obrera, de la mano del Partido Comunista de Venezuela, liderado en esta acción por el camarada abogado y dirigente obrero-sindical Pedro Ortega Díaz –quien ya para esa década miembro del Consejo General de la Central Unitaria de Trabajadores de Venezuela (CUTV) y asesor del movimiento sindical clasista– […] Hay quienes alegremente, por desconocimiento de los procesos de lucha del pueblo o por exclusión de otro signo, reiteradamente pregonan que en Venezuela nadie luchaba ni resistía al capital ni al imperialismo hasta que ellos hicieron acto de presencia. Es una visión sesgada e incompleta del desarrollo histórico. […] Desde la conformación de la Coordinadora Nacional en Defensa de las Prestaciones Sociales y sus movilizaciones durante los año 96/97/98, de la cual fuimos promotores y actores a través del PCV y la CUTV, hasta el ejercicio de un recurso de nulidad intentado el 16 de julio de 1997, ante la extinta Corte Suprema de Justicia […] “contra la totalidad de la Ley de Reforma Parcial de la Ley Orgánica del Trabajo, publicada en la Gaceta Oficial Nº 5.152 del 19 de junio de 1997, como contra diversos Artículos de esa Ley Orgánica del Trabajo.” […] [Emigdio Cañizales Guédez y Pedro Ortega Díaz] fueron entrañables camaradas y adelantados de los mismos combates; uno en particular, además de su por siempre militancia comunista, les juntó en la defensa de la salud y la vida de la Clase Trabajadora en los centros de trabajo, dando por resultado la conquista en 1986 de un avanzado instrumento de lucha: la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (Lopcymat), la cual vino a instrumentarse durante el gobierno democrático, popular y patriótico del Comandante Chávez. Este fue uno de los campos al que Pedro le dedicó particular atención y acción desde el momento que asumió su importancia estratégica para la vida y para los combates de clase. […] El Inpsasel, su funcionamiento al servicio de las y los trabajadores, siempre estuvo entre las prioridades a la que Pedro le dedicaba atención y trabajo, siendo, en palabras del doctor Francisco González, segundo presidente de Inpsasel, “parte fundamental del equipo de asesores que trabajó la reforma de la Lopcymat, aprobada en 2005; acudiendo disciplinadamente a las jornadas de trabajo que se autoimpuso en la institución”. […] Consecuente lucha por los principios y la unidad del PCV. El browderismo: corriente revisionista y liquidacionista En 1945 le correspondió a Eduardo Gallegos Mancera y a Pedro Ortega Díaz, expresado a través del primero en la IV Conferencia Nacional del PCV, condenar la desviación browderista que había tomado cuerpo en las diversas corrientes existentes para la época en el PCV. […] También en ese año y el siguiente, ante la formal división del Partido en dos agrupamientos fraccionales bien definidos: PCV (fuenmayorismo) y PCVU (macha-miqui), no le hacen concesión al divisionismo, se constituye el denominado “Grupo NO” y luchan por lograr el objetivo de reconstruir la unidad de las y los comunistas en una sola organización. […] Ante la imposibilidad de superar la división por las propias decisiones internas del PCV y en el marco nacional, el “Grupo NO” decide que Eduardo vaya a La Habana, Cuba, a gestionar la mediación del Partido Socialista Popular, lo cual cumple exitosamente, y viene a Venezuela el dirigente cubano Ladislao González Carvajal, cuya actuación permite la convocatoria del Congreso de Unidad de los Comunistas (I Congreso del PCV), realizado a fines de 1946. Frente al “estrategicismo”, el militarismo y el fraccionalismo Posteriormente, en los años 60, ante la línea de lucha armada adoptada por el PCV, Pedro Ortega Díaz fue el único miembro del Buró Político que expresó su oposición a dicha forma de lucha [en ese momento], pero aun así cumplía sus responsabilidades. […] En un trabajo inédito, titulado “Mis diferencias con la línea política”, firmado con el seudónimo de Luís Ponto, […] precisa los errores que, según su análisis, se cometieron. Entre los cuales resalta: Para decirlo con nuestro repertorio técnico, yo diría que a finales del 57 y principios del 58 nos hemos autocriticado por haber sacrificado la estrategia a la táctica, por el ‘tacticismo’; en todo este periodo desde octubre-noviembre del 60 hasta ahora, tendríamos que autocriticarnos por haber carecido de táctica, de haber planteado como consignas tácticas inmediatas a los grandes objetivos estratégicos, que aunque madurando, que aunque susceptibles de planteamientos más cercanos, no eran aun posibles como objetivos inmediatos. […] Para esos años también debió enfrentarse la desviación militarista y liquidacionista encabezada por Douglas Bravo, lo cual se saldó con su expulsión y la división del PCV. Sobre el análisis de las contradicciones que se presentaron, sus causas y desenlace tiene Pedro un trabajo denominado: Defendamos la Unidad del Partido, que nos ayuda en el proceso del conocimiento de una realidad que parece lejana, pero siempre está presente en tanto se sustenta la influencia de la ideología pequeñoburguesa en el seno del Partido y al necesario, permanente y pedagógico proceso formativo y debate ideológico. […] Frente el revisionismo y el oportunismo Los principales cuadros constructores del Partido Comunista de Venezuela confrontaron a las tendencias revisionistas y oportunistas que se incubaron durante los años de la lucha armada, cuyas expresiones más relevantes fueron las divisiones y deserciones conocidas como “douglismo”, “masismo” y “vanguardismo”; todas ellas, cuando las estudiamos en su evolución y práctica política, son en esencia corrientes liquidacionistas, que, pese a que no lograron el objetivo de desaparecernos como organización, han golpeado con tal poder desgarrador y saña reaccionaria al proyecto político que durante décadas construyó el PCV, que lograron desdibujarlo del imaginario colectivo que se referenciaba en las y los comunistas. […] Pedro Ortega Díaz, comunista, y por comunista, patriota insobornable, y por patriota insobornable, antiimperialista intransigente […] Sí, de la mano de Pedro –también algo de Lenin– hemos aprendido el concepto del sano patriotismo antiimperialista de pueblos y naciones oprimidas. Y esa tarea que se ha autoimpuesto, como dice Eduardo, ha contribuido a una mayor comprensión del papel del pensamiento bolivariano revolucionario como fuerza coadyuvante en la transformación del orden imperialista. En 1954, con ocasión de la X Conferencia Interamericana realizada en Caracas, el Buró Político del Partido Comunista de Venezuela, entonces en la clandestinidad, me encomendó hacer un estudio sobre el Congreso de Panamá de 1826. […] Ya, Pedro en vida, logró que el Parlamento Latinoamericano (Parlatino) declara el 22 de Junio “Día de la Unidad Latinoamericana” (27 de agosto de 1988), al igual que la Asamblea Nacional venezolana lo hizo el 14 de junio de 2001. Se trata, ahora, de convertir esas conquistas políticas e institucionales en iniciativas que permitan elevar la conciencia colectiva antiimperialista y de necesaria unidad latinoamericana y caribeña, en nuestro pueblo. […] El Parlamentario y Constituyente La consecuencia y firmeza en sus posiciones ideopolíticas, así como su longevidad, le permitieron a Pedro Ortega aprobar, en un lapso de cuarenta y ocho años, dos constituciones: la de 1961, en cuya discusión participó en condición de diputado del PCV, y la de 1999, la Bolivariana, cuya denominación defendió frente a quienes se negaban a colocarle la denominación de Bolivariana a la República de Venezuela. En este caso, lo hizo en calidad de Constituyente del Partido Comunista de Venezuela. En ambas discusiones priorizamos todo lo que tiene que ver con los derechos socioeconómicos y la seguridad social, los Derechos Humanos y políticos de la Clase Obrera y de pueblo trabajador de la ciudad y el campo. El derecho de la mujer a la igualdad plena en el terreno jurídico, económico, social y familiar, así como la protección a la infancia y juventud, la cultura y educación, estuvo entre los temas jerarquizados por nuestro Constituyente Pedro Ortega Díaz. […] Pedro fue un excelente parlamentario, polemista profundo y respetuoso. En las dos oportunidades que le correspondió cumplir funciones parlamentarias alcanzó notorios éxitos en su relación con las y los trabajadores, con las luchas populares, además de corresponderle impulsar iniciativas o participar en acciones que dejaron indisoluble huella en el recuerdo de las masas. […] Fue luego del levantamiento ocurrido el 4 de mayo de 1962 en la Base Naval de Carúpano, que se discutía en la Cámara de Diputados la suspensión de la inmunidad parlamentaria a Eloy Torres, quien para ese entonces militaba en el PCV. Se trataba de ganar tiempo para atrasar dicha decisión, permitiendo que éste se colocara fuera del alcance de la Digepol, represiva y asesina policía política del régimen puntofijista. Se afirma que la intervención, que en esa época no tenía límite de tiempo, sobrepasó las siete horas y media. […] Pedro Ortega Díaz, un cuadro revolucionario polifacético Reconocía Jerónimo Carrera, con lenguaje deportivo que: Pedro era uno de esos jugadores que sirven bien en todas las posiciones, puesto que en el PCV se desempeñaba con igual eficiencia en cualquier frente de trabajo y con la misma dedicación, imponiendo un récord para Venezuela de casi 70 años de militancia continua en un mismo partido. En efecto, el camarada Pedro Ortega Díaz, quien fue elegido al Comité Central en 1953 y al Buró Político en 1954, en algún momento de su militancia debió asumir, por decisión del Comité Central del PCV, los siguientes frentes de trabajo: Secretaría Sindical Nacional, Secretaría de Seguridad, Secretario de Masas, Secretario de Finanzas, Secretario de Ideología, Secretario de Relaciones Internacionales, Director de “Revista Internacional”, edición venezolana; Jefe de la Fracción Parlamentaria, en la oportunidad de ser diputado; Presidente del Partido Comunista de Venezuela, que ejerció en varias oportunidades […]. Al momento de su fallecimiento, ejercía las funciones de Presidente del PCV. […] En todas estas responsabilidades dejó huellas de su actuación, con un elemento distintivo: siempre se esforzó por construir equipos de trabajo y desarrollar alguna iniciativa novedosa. Su actuación en cada frente amerita un trabajo específico que va más allá de esta semblanza. […] Pedro Ortega Díaz y el proceso bolivariano Pedro Ortega Díaz fue un enamorado, un convencido, de las posibilidades de cambio revolucionario, con la más amplia participación protagónica del pueblo, de su Clase Trabajadora, en los puestos de vanguardia. Tenía un gran respeto y consideración por el Presidente Chávez, y mucha confianza en sus capacidades de liderazgo, en su honestidad y entrega a la causa del pueblo. […] Desde la caracterización que el PCV hace sobre la revolución venezolana, conceptualizamos el proceso liderado por el Presidente Hugo Chávez, como una fase de la larga lucha de nuestro pueblo por conquistar la liberación nacional. Valoramos positivamente las políticas y acciones antiimperialistas, antimonopólicas, profundamente democráticas y populares que ha intentado desarrollar el Gobierno Bolivariano, ayer por parte del Comandante Chávez y hoy, en condiciones más complejas, por el Presidente Nicolás Maduro. Asumimos en el PCV que pueden crearse condiciones favorables a la profundización del proceso socioeconómico y político venezolano, incluso abrirse perspectivas para la Revolución Socialista, en dependencia de que se construya una nueva correlación de fuerzas que coloque a la Clase Obrera y al pueblo trabajador de la ciudad y el campo en la vanguardia del proceso de cambios progresistas que maduran en la sociedad venezolana. […] Pedro Ortega, un militante incansable de todas las jornadas […] Un tiempo duro, complejo, de mucho escepticismo, dudas y decepciones, fue el que siguió a la derrota propinada por la contrarrevolución interna y mundial al proyecto socialista en la URSS, agudizado a lo interno del Partido por la decisión del IX Congreso de brindarle apoyo a la candidatura de Caldera para la Presidencia de la República en las elecciones de 1993. […] Pedro se encargó de explicar las razones políticas para apoyar a Caldera, logrando, más o menos, convencer con reservas al activo de cuadros comunistas en el movimiento obrero. Fue una decisión correcta en virtud de que con esa candidatura y los compromisos que asumía, era posible alcanzar los objetivos que la táctica del Partido se proponía para ese momento, que eran los siguientes: 1) romper el dominio del bipartidismo adeco-copeyano, expresión política de los intereses de la oligarquía y el imperialismo en Venezuela, lo cual podía alcanzarse con un candidato que provenía de Copei pero había roto con dicho partido, y ese candidato era Caldera, no había otro; 2) lograr la libertad del Comandante Chávez y los demás integrantes de la joven oficialidad, por sobreseimiento de la causa; 3) mejorar las relaciones con Cuba; 4) suspender el programa de ajustes neoliberales. Los objetivos fundamentales se alcanzaron y, cuando Caldera y Petkoff insistieron con la aplicación de la política neoliberal en forma gradual –aunque no de shock como en tiempos de CAP– y presentaron la opción del cambio del Régimen de las Prestaciones Sociales, el Comité Central realizado en Acarigua el 23 de enero de 1996, resolvió romper con el gobierno de Caldera. […] En todas estas acciones, movilizaciones y jornadas, incluidas las que se desarrollan en los años 2003, 2004, 2005 e inicios del 2006, nos acompañó en forma activa Pedro Ortega Díaz. Terminaba de llegar de cumplir un programa de actividades en Monagas cuando debió ser hospitalizado y operado. De ese combate no logró salir con vida. Su fuerza, su vitalidad, su salud a prueba de todo mal, su activismo y agilidad, su lucidez y disposición a participar en las diversas actividades del Partido, nos hacía pensar que a Pedro lo tendríamos por muchos años más. Fue una gran sorpresa, una ingrata sorpresa, el enterarnos de su partida ese 3 de febrero de 2006. […] ¡Honor y gloria a Pedro Ortega Díaz! ¡Honor y gloria, Camarada Pedro! ¡Seguiremos luchando y venciendo, por siempre!

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